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Colon a la vista
PANORAMA - SALUD

Colon a la vista

La detección precoz es la mejor herramienta para atajar la elevada incidencia y mortalidad del cáncer colorrectal en los países occidentales

Mª TERESA BETÉS IBÁÑEZ

Sábado, 15 de septiembre 2007, 02:56

El cáncer de colon ocupa actualmente el segundo lugar en el ranking de enfermedades oncológicas con mayor mortalidad en los países occidentales, sólo superado por el cáncer de pulmón en hombres y el de mama en mujeres. Y lo que es más grave, la incidencia del cáncer colorrectal y la mortalidad por esta enfermedad continúan en aumento. Baste como muestra que en España, en el año 2000, el 11% de las muertes por cáncer en hombres fueron debidas a tumores de colon, así como el 15% de los decesos por patología oncológica en la población femenina. Entre los países desarrollados, España ocupa una situación intermedia en la incidencia del cáncer de colon, por debajo de los países anglosajones y de EE UU, que tienen las tasas más altas. Pero todavía superamos a los países de nuestro entorno más próximo como Francia, Italia o, incluso, Reino Unido.

La conclusión es inmediata: estamos ante un tumor que cada día cobra más importancia. Las causas de esa progresión aún se desconocen, pero a la vista diversos estudios epidemiológicos puede deducirse que se relaciona con factores ambientales.

Así, se ha comprobado que personas originarias de países con escasa incidencia de cáncer de colon, que posteriormente emigran a otras regiones con una elevada presencia de la enfermedad, acaban igualando las tasas de la patología con las del país de acogida en tan sólo dos generaciones.

De la observación de estos casos se deduce que factores como la dieta y, en general, determinados hábitos de vida deben influir en la mayor o menor prevalencia del cáncer colorrectal.

Descubrirlo cuanto antes

Un factor considerado fundamental en la posibilidad de cura del cáncer de colon es la fase en la que se detecta el tumor. Si se descubre la lesión en estadios muy precoces, las posibilidades de curación superan el 90%. Al contrario, en fases muy avanzadas de la enfermedad, la supervivencia cae a índices inferiores al 50% de los individuos afectados, a pesar de las mejoras conseguidas en los tratamientos con quimioterapia, en terapias adyuvantes o en las intervenciones quirúrgicas.

Sin embargo, dadas sus características, se trata de una enfermedad que resulta un objetivo fácil desde el punto de vista de la prevención o de la detección precoz. El cáncer de colon tiene la particularidad de comenzar con una primera etapa asintomática, cuya duración es prolongada, lo que posibilita su detección cuando todavía el tratamiento es muy efectivo.

Importancia de los genes

El principal factor de riesgo que incide en una mayor posibilidad de contraer la enfermedad es la herencia genética, la existencia de familiares que han padecido la patología. La población que presenta el riesgo más alto es aquella con síndromes hereditarios, transmitidos de padres a hijos. En los pacientes que han padecido la enfermedad y que presentan dichos síndromes genéticos se ha comprobado que el 50% de sus descendientes también la contraerá. Son grupos familiares en los que la patología aparece como consecuencia de la mutación de algunos genes. Pero este conjunto de población sólo constituye el 10% del total de los casos de cáncer de colon.

Para estos grupos de alto riesgo, los avances diagnósticos que se han producido en los últimos años han sido importantes. Hoy existe la posibilidad de efectuar análisis genéticos en estos grupos de alto riesgo. Los estudios de las posibles alteraciones o mutaciones de los genes permiten ofrecer consejo genético a los descendientes.

Existe otro segmento de riesgo -clasificado como moderado-, constituido por aquellas personas con antecedentes familiares pero que no cumplen los criterios de ningún síndrome hereditario. Son individuos con algún antecedente familiar que haya contraído la enfermedad o que haya padecido adenomas. Los descendientes o familiares directos de estas personas presentan un riesgo moderado de desarrollar el tumor. Este grupo constituye el 25% del total de los cánceres de colon. De este modo, el 65% de los tumores colorrectales restantes aparecen en personas libres de herencia familiar como principal factor de riesgo. En este amplio conjunto de población afectado sólo cabe concluir que son factores ambientales como la dieta y los hábitos de vida los que influyen en la aparición de la enfermedad.

En este grupo se ha constatado también que el riesgo de contraer la patología aumenta con el paso del tiempo. La edad a partir de la que se considera que existe un riesgo mayor son los 50 años. Hasta esa edad es poco probable que una persona desarrolle un cáncer colorrectal si no tiene antecedentes familiares.

En general, puede decirse que la incidencia de esta patología oncológica es más frecuente en hombres que en mujeres. Sin embargo, la mayor esperanza de vida femenina hace que las tasas de la enfermedad terminen por igualarse en ambos sexos. Así, las mujeres tienen el mismo riesgo de padecer cáncer colorrectal, pero 10 años más tarde.

Numerosas sociedades médicas consideran actualmente que los hábitos saludables en la prevención del cáncer de colon se concretan en una reducción del consumo de grasas, por lo que recomiendan que se ingieran preferentemente grasas insaturadas, como el aceite de oliva y de pescado. Aconsejan también disminuir en lo posible el consumo carnes rojas. Los expertos alertan asimismo sobre el riesgo de las carnes procesadas -como embutidos, salchichas o bacon-. Por el contrario, se aconseja aumentar la ingesta de carne de pollo y de pescado, así como de cierta cantidad de fibra diaria.

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