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B. URRABURU
Miércoles, 19 de septiembre 2007, 02:31
¿Colombia al poder! Uno de los países que revolucionaron el ciclismo en los años 80 y 90 está volviendo a un primer plano mundial. En el Tour de Francia, en Briançon, ganaba Mauricio Soler, un corredor alto, fuerte físicamente. Subiría al podio de París como ganador de la montaña.
En Puertollano, otro colombiano con una morfología muy diferente, Leonardo Duque, sorprendía al ruso Alexander Kolobnev y al mallorquín Joan Horrach. Mide 1,70 y pesa 60 kilos. Evidentemente, no es grande, pero tiene mucha potencia. A los 27 años es un ciclista curtido, desconocido para el gran público, pero no para quienes le han seguido en su periplo europeo. «Sabía que era el más fuerte de los tres en la escapada, pero no he querido correr riesgos. En el embalaje (el sprint) tenía ventaja» explica Duque, que ha salvado la cara de su equipo en la Vuelta.
Eran los restos de una escapada que dejó sin responsabilidades al equipo Rabobank. Los holandeses pusieron un ritmo cómodo, permitiendo que un grupo numeroso de corredores buscase la fortuna en tierras manchegas.
Ciclistas importantes a la caza de una oportunidad. Equipos que no quieren trabajar desde el comienzo para que se llegue al sprint. Y dentro de ese espectro de nombres, de hombres, surgió este ciclista de Calí, que a los 16 años se fue a vivir a Medellín, y que comenzó a correr en el Orgullo Paisa.
¿Cómo acaba un colombiano que no es escalador corriendo en el Cofidis francés? La vida europea de Duque comenzó en el equipo belga Jartazi, con quien estuvo cinco años, tres de aficionado y dos de profesional.
Luego lo ficharía el Cofidis. Su pasaporte hacia Europa llegó por medio de la pista. Ha corrido tres mundiales de pista con su país, la Copa del Mundo y dos mundiales de carretera.
Ayer, Leonardo Duque apretó los dientes en la recta de Puertollano. Ganar para él significa un contrato con más 'plata', ir arreglando su vida.
La etapa estaba marcada desde mucho antes de que se pusiese en marcha. Tuvieron que pasar 60 kilómetros para se organizase un grupo en condiciones. Grabsch, el vencedor de la contrarreloj de Zaragoza, David Herrero, Mario Aerts, el ruso Kolobnev, Mejías, Bertagnolli, el ganador de la clásica de Sebastián, Galparsoro, David López, Juan Manuel Garate, Horrach, Duque, entre otros, se metían en esa ruleta que ya ha comenzado a funcionar hace días.
Primero hay que coger la escapada, luego buscar los cortes y más tarde ganar. Sólo lo consigue uno.
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