Caracoles de carreras

No hay apuestas como en los hipódromos, los participantes no son tan rápidos como los galgos, no se baten récords, pero no cabe duda de que la expectación es la misma en las carreras de caracoles que se organizan en Cantabria. Así quedó demostrado ayer en San Mateo de Buelna, un pueblo que, por cuarto año consecutivo, celebró una carrera en la que si se batieron récords de participación. Si en la primera edición participaron 30 caracoles, en la de ayer la inscripción llegó hasta los 170, hecho insólito que llevó a la organización, la peña Rebujas, a preparar dos mangas clasificatorias, con cinco pistas, y una final con los 30 mejores participantes.

Y los caracoles, conscientes de su responsabilidad, no se hicieron esperar. En poco menos de una hora concluyeron las semifinales y la final, ante el asombro de las más de 300 personas que asistieron a la carrera.

Al final, un jovencito de Los Corrales de Buelna, Enrique Ríos, consiguió que su rápido molusco se proclamara vencedor. El Fernando Alonso de los caracoles.

Pero para todo hay técnica. Hay que mantener al caracol en pañales, o mejor, en lechuga fresca, para que no entre en su concha y afronte la carrera en las mejores de las condiciones. Una carrera sobre un circuito en el que se marcaron dos circunferencias. Una en el centro, la de la expectación, desde la que los caracoles tomaron la salida. La otra, la meta, la del éxito, en el extremo de ese circuito, bien húmedo para facilitar la carrera. Toda una fiesta que tendrá continuidad, ya con marcado carácter folclórico y gastronómico, durante toda la semana en San Mateo de Buelna.