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La Pedrera es uno de los edificios representativos del Paseo de Gracia. / DM
Turismo diminuto
DE RUTA POR... CATALUÑA

Turismo diminuto

El más grande de los catorce complejos de reproducciones en miniatura existentes en Europa alberga pequeñas réplicas de edificios singulares

IRATXE LÓPEZ

Sábado, 6 de octubre 2007, 03:27

Si los gnomos existen, eligen para pasar sus vacaciones Cataluña en Miniatura. Quién podría resistirse a un lugar hecho a medida, donde encontrar edificios representativos de esta región. Que un día apetece el programa cultural, pues piececillos en movimiento hacia la Torre Galatea de Figueras; que lo que el diminuto cuerpo pide es algo de adrenalina, entrada libre al Camp Nou para disfrutar de una tarde de fútbol. Todo muy a mano, aunque esa mano abarque como mucho una uña de nuestro dedo gordo. Más arriba, desde la perspectiva que ofrecen unos centímetros añadidos de talla, el común de los mortales puede también maravillarse con este parque turístico cultural, el mayor del mundo y único en España.

La idea surgió hace aproximadamente 26 años, cuando Fernando de Ercilla Ayestarán visitó en Holanda el complejo Madurodam, formado por creaciones a escala de inmuebles característicos del país. Al regreso de su viaje el hombre trajo, además de recuerdos, una idea: reproducir los monumentos más representativos de Cataluña en madera. 1983 fue la fecha elegida para abrir este parque en Torrelles de Llobregat, a sólo 30 kilómetros de Barcelona.

Desde entonces, la empresa familiar se ha encargado de aumentar año tras año la colección de pequeñas obras de arte expuestas al público con el fin de ser proclamada muestra viva y permanente de la realidad cultural, folclórica y costumbrista del Principado, es decir, de su importancia turística, arquitectónica y cultural, enorme objetivo para tamaño paisaje.

Unas dos horas de paseo serán suficientes para admirar el conjunto de 147 obras que se extienden a lo largo de 25.000 kilómetros cuadrados rodeados de naturaleza. Los más perezosos podrán divisar también el panorama montados en un tren. Románico catalán, gótico, modernismo, todos los movimientos artísticos están presentes en este recorrido lúdico y didáctico, en ocasiones interactivo, ya que varios pulsadores permiten a los visitantes poner en marcha pequeños vehículos o escuchar una pieza musical -adivinen qué suena en el campo del Barça-.

Como en todo, lo mejor es empezar la ruta por el principio, justo donde las aguas de un lago evocan el mar Mediterráneo en miniatura. Después, el espacio se ha distribuido por provincias, de modo que si tuviéramos la oportunidad de visualizarlo desde el aire distinguiríamos el mapa de Cataluña. A partir de ahí comienza el desfile de monumentos elaborados artesanalmente. Cada rincón exhibe una joya armada con grandes dosis de paciencia, porque no olvidemos que detrás de estos tesoros se oculta el meticuloso trabajo de un equipo de maquetistas que han pasado mucho tiempo copiando al detalle, construyendo y decorando. 13.000 horas concretamente, distribuidas a lo largo de dos años y medio, costó reproducir la Sagrada Familia de Barcelona. Se dice pronto, pero hacerlo es otro asunto.

Trabajo meticuloso

El primer paso en este complejo proceso es conseguir los planos del edificio. Después la maqueta se confecciona a una escala de 1:25, lo que quiere decir que un metro de maqueta equivale a veinticinco metros de altura real. Continuando con el ejemplo de la Sagrada Familia, el monumento más alto de los que allí se encuentran, los cien metros que rasgan el cielo de la ciudad condal se quedan en cuatro dentro de Cataluña en Miniatura. Montado el esqueleto de la estructura y cubiertas las paredes -que ahora ya no son de madera como antiguamente, sino de poliuretano-, resta colocar puertas, ventanas y demás piezas a partir de un molde en silicona, modelar cada fragmento, instalar los componentes eléctricos -todas las maquetas disponen de iluminación propia- y pintar.

Tras esto, una fase especialmente divertida: idear el entorno con sus jardines y accesorios, sus farolas, automóviles, viandantes El parque dispone de una amplia red de mini-ferrocarriles, de algunos aviones, barcos y de un par de autopistas. El resultado de este afán simulador, un complejo de réplicas de interés histórico, civil y social, observado desde el punto de vista de un gigante. Un universo reducido con colosal posibilidad de diversión. Ya lo dice el refrán: perfume bueno viene en frasco pequeño.

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