La Cámara da luz verde al proyecto de reforma del Estatuto de Castilla y León

El Congreso aprobó sin votos en contra la reforma del Estatuto de Castilla y León. El PNV, sin embargo, mantuvo hasta el final sus enmiendas sobre la posibilidad de segregación del enclave alavés del Condado de Treviño, mientras que el BNG hizo lo propio con la promoción de la lengua gallega en la comarca leonesa de El Bierzo.

El debate sobre la reforma estatutaria de Castilla y León hubiera sido una balsa de aceite de no haberse planteado los reparos al texto de los nacionalistas vascos y gallegos. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, denunció que la reforma «vacía de contenido» el artículo octavo del Estatuto de Guernica, que contempla la posibilidad de que el Condado de Treviño, si así lo deciden sus habitantes, pase a formar parte del País Vasco. El nuevo estatuto castellano-leonés no ciega, en teoría, esa hipótesis, pero coloca tal cantidad de requisitos jurídicos que lo imposibilita en la práctica. El Condado de Treviño es un enclave de Castilla y León situado en Álava, y sus dos municipios, Treviño y La Puebla de Arganzón, decidieron en sendos referendos su anexión, pero las consultas fueron declaradas inválidas por no contar con la autorización de la Junta castellano-leonesa. El nacionalista Esteban sostuvo que la reforma estatutaria consagra ahora «un derecho de veto» de Castilla y León sobre ese territorio.

El popular Jesús Merino defendió la legalidad de la reforma en lo que al Condado se refiere y recordó que las consultas celebradas «no fueron legales y por tanto no fueron consultas». El socialista Julio Villarubia reivindicó para Castilla y León el derecho «de no partición territorial». Las enmiendas del PNV fueron derrotadas en la votación del pleno. El mismo camino siguieron las del BNG para que se incremente la protección de la lengua gallega en El Bierzo.