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MAXI DE LA PEÑA
Martes, 13 de noviembre 2007, 02:59
Los artistas torrelaveguenses Arístides Rosino, Rebeca Grúber y Esther Rosino, participaron recientemente en el I Encuentro de Artistas que se celebró en Tifariti, ciudad situada en los territorios liberados del Sáhara Occidental, organizado por el Ministerio de Cultura Saharaui en colaboración con la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Sevilla.
Tras haber sido seleccionado su proyecto 'Jaima de la Memoria', estos tres artistas viajaron hasta Tindouf (Argelia), junto con 40 personas más que participaban en el proyecto, entre artistas y organizadores.
Después de pasar tres días en los Campamentos de Refugiados Saharauis, todo el grupo se trasladó a Tifariti, para dar comienzo a los proyectos artísticos.
En su iniciativa 'Jaima de la Memoria' realizaron un trabajo de pintura mural en las paredes y techos del interior de una jaima, espacio tradicional de encuentro. El mural de las paredes representa el pasado y el presente del pueblo
saharaui, recogiendo diferentes momentos de su historia, así como
diversos aspectos de su cultura y tradición.
El objetivo principal de este proyecto era, a través de, tanto momentos históricos significativos, como pequeñas escenas de la vida cotidiana, pintar la historia en mayúsculas y minúsculas de un pueblo que mira, recupera, conserva y se enorgullece de su pasado como forma de reforzar su
identidad así como recordar y denunciar las causas y culpables de su situación actual.
La jaima
Esta historia se plasma en un espacio, la jaima, al que tradicionalmente los visitantes son invitados. En esta ocasión, la invitación tiene un doble objetivo, conservar las buenas costumbres saharauis de hospitalidad y conversación por un lado y, por otro, invitar también a conocer un poco
mejor su historia. Los artistas de Torrelavega han optado por el mural como forma de expresión para este proyecto. El mural es, una herramienta de comunicación que no está encerrada, en un principio, en un museo sino que se integra en la propia vida de los campamentos.
El mural es también una herramienta educativa ya que ayuda a transmitir de una forma sencilla y visual cualquier idea, lo cual es muy importante en este caso ya que la idea es reflejar la pequeña y gran historia del pueblo saharaui, generación tras generación. Es algo que puede entenderse y comprenderse también en cualquier parte del mundo. El mural quiere recoger y actualizar, además, la larga historia de transmisión oral de anécdotas, leyendas y costumbres en las hermosas noches del desierto que también tienen su espacio en la pintura del techo de la jaima.
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