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REDACCIÓN
Viernes, 30 de noviembre 2007, 01:43
Juan Sánchez Virumbrales un seguidor del Racing, conocido como 'Juan Banderas', que ha roto su relación de 'amor' con el equipo cántabro. Se aleja del equipo de su vida cansado y desilusionado «por el trato recibido de las peñas y de la misma sociedad santanderina» a la que considera «demasiado anclada en el pasado y sin imaginación para mirar al futuro».
-¿Cuál es el motivo de su 'ruptura de relaciones'?
-Se han acumulado muchas cosas. Por un lado, la muerte de mi madre. Ella me animaba a seguir al Racing, tanto a los partidos de casa como a los de fuera. Incluso cuando no tenía en qué volver, ella siempre me animaba. He viajado en autobuses de línea y he vuelto con algún aficionado; no me querían llevar las peñas y tuve que buscarme la vida.
-¿Por qué no le querían llevar las peñas?
-Por tonterías. Ellos alegan que yo me bajo los pantalones en el autobús, lo cual es incierto, es una chorrada. Si alguna vez lo he hecho ha sido en plan cachondeo. Hay que entender que son autobuses para pasarlo bien, fiesta, un domingo especial. Vas al partido vives otro ambiente Si lo vamos a hacer todo igual, para eso me quedo en casa. Me di cuenta de que ellos animaban al cachondeo y después la clavaban por detrás. Cuando llegaban a Santander se ponían a hablar de mí y por ello me fui distanciando de las peñas, es un gremio que a mi no me va. Hay muchos intereses menos los racinguistas. Habrá algunos que sean racinguistas, pero sé por una persona del club que suben a las oficinas a pedir favores. Hay que ir a animar. Si el club te lo quiere agradecer de alguna manera pues que lo haga. Yo sólo pedí dinero una vez, a Cholo, para que me pagaran los viajes y no me contestaron.
-¿Pero seguir al equipo cuesta mucho dinero?
-Yo me gasté mucho dinero que no tenía, estoy muy endeudado. He seguido al Racing en taxis, cuando con mi amigo Chendo, del coche número 74, nos fuimos a Soria y Salamanca. Ajusté el precio y adelante. En estos momentos comenzaron las suspicacias y las envidias por parte de aquellos que no lo podían hacer. Yo lo hago a lo grande o no lo hago. Es como aquí: o vengo con todo o no vengo, hay que hacerlo a lo grande. Son muchos años y me han minado con los detalles de antirracinguismo, me han demostrado que querían poco al equipo.
-¿Pero usted es un racinguista pacífico?
-Tuve movidas con los de seguridad. Te vas dando cuenta de que entrar en el Sardinero es difícil. Yo llegué a temer una sanción. Me echaron del campo por devolver el balón del foso. Otra vez me echaron del campo y nadie me preguntó por qué me iba, no se levanto nadie a mi favor. Te das cuenta que no importas a nadie.
-¿Pero se ha endeudado por seguir al Racing?
-En esta región no se puede esperar nada de nadie, por lo que me tuve que buscar la vida. Tengo una deuda con el banco que estoy pagando a día de hoy. Es más de seis mil euros. No ha merecido la pena: cuando vas al campo tienes que escuchar los insultos de los niños tontos de El Sardinero. Sin decirles nada, todo esto va minando, se hace un caldo de cultivo. En los medios de comunicación se pitorrean de ti y dicen cosas sobre ti, te tratan como el tonto de la película, como si ellos fuesen los listos.
-¿Los del Racing, tus colores de toda la vida?
-Yo soy racinguista de toda la vida. Cuando en el año 96 me pude hacer socio fue un sueño cumplido; el siguiente era viajar siguiendo al equipo y ahora me doy cuenta de que no ha merecido la pena. Me han tratado mejor fuera de Cantabria que aquí. En las gradas del Sardinero no hay racinguistas de verdad. Me han llegado a decir que en el Sánchez Pizjuán hay cinco mil o más como yo. Pero en El Sardinero la gente va a aparentar y no a estar con el equipo.
-¿Has compuesto hasta canciones para el Racing?
-Sí, son de puro sentimiento. En los momentos buenos me animaba y lo hacía, algunas no me quedaban mal del todo.
-¿Verdes, hasta los zapatos?
-Sin duda, mi ropa me tenía que identificar con los colores de mi equipo y me he comprado zapatos, calcetines, camisas, sudaderas todo aquello que me identificase con mi equipo.
-¿Sin el Racing qué haces?
-Le veo por la televisión y veo muchos documentales de los americanos. Aunque sea una sociedad que no gusta a muchos yo me quedo con lo bueno de ellos. Son geniales en los partidos de baloncesto o fútbol, no tienen complejo y les gusta disfrutar con lo suyo. Incluso para que la gente se anime a comer hamburguesas meten por las conducciones del aire el aroma y así aunque no tengas ganas terminas comiendo. Tienen mucha parafernalia, todos se lo pasan bien, disfrutan. Yo he llegado al convencimiento de que no estoy en el lugar adecuado, esto es una provincia. Yo no sé por qué me han insultado tanto con mi bandera, no quería hacer daño a nadie. Han destruido lo que intentaba hacer. Mi forma de animar al Racing la copié de los americanos, son especialistas en pasarlo bien, no se fijan en lo que hace el vecino, viven sin complejos. Yo tengo a los americanos en un pedestal, me quedo con lo bueno y es que saben vivir.
-¿Te sientes olvidado?
-No, hay que tener en cuenta que lo dejé yo, nadie me echó. No me han llamado ni lo van a hacer. Ahora dicen que el gafe era yo. Creo que no es así, quieren que no vuelva y no lo voy a hacer. Tengo el corazón verde y lo voy a seguir teniendo ya que nací aquí. Es una pena que a otros les ayudan para ir en bicicleta a Pekín y a mí no. A mí nadie ha venido a decirme nada. Yo tengo la experiencia de vivir para un equipo de fútbol, ya sé lo que es. Ahora tengo que cambiar el 'chip' y buscar otra vida. Lo voy a echar de menos, son gente muy superficial, no saben alegrarse sanamente. Estoy dolido porque se ríen de mi, no saben disfrutar.
-¿Que te dicen tus amigos?
-Nada, paso de todos, esta sociedad es injusta. Mire lo que ha sucedido con Ballesteros: aquí no se le ha reconocido, en Inglaterra le tienen en un pedestal. Juan el de la Bandera no se metió con nadie y me lo han reconocido fuera de Cantabria, que me llamaban «bravo y luchador». Las chicas de Santander no querían ir conmigo. No tengo ganas de llevarme bofetadas, yo no cobro y no he pedido dinero a nadie, seguro que ahora van a decir que soy un conflictivo. Aquí estamos muy atrasados, desde que se murió Franco no han evolucionado. Cada uno que piense lo que quiera, yo daba ambiente al partido y los de las peñas querían salir en la tele y ser los números uno y les robaba protagonismo. Nadie es número uno, ni yo mismo, debemos ser un colectivo y cantar todos Racing, Racing. Hay que animar todos a una y sin complejos, y aquí no lo hacemos así.
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