Huckabee se da un baño de masas y ya se perfila candidato republicano

MERCEDES GALLEGO ENVIADA ESPECIAL A DES MOINES

Música de película del oeste, cascabeles de serpiente, un aullido de coyote. El duro está a punto de vérselas con los forajidos que van a atacar el pueblo, pero lo primero que se ve en el vídeo es el ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee, favorito en las encuestas para suceder a George W. Bush en el Partido Republicano. «¿Mi plan para proteger la frontera?», pregunta el predicador baptista. «Dos palabras: Chuck Norris». La cámara se abre. A su lado, el actor que se ha hecho famoso repartiendo puñetazos y haciendo llaves de karate, siempre como un patriota justiciero. «Detrás de la barba Chuck Norris no tiene barbilla, sino otro puño», advierte Huckabee en el anuncio.

Estos dos duros se dieron el día de Año Nuevo un baño de masas en Des Moines (Iowa), cuando más de dos mil personas desafiaron temperaturas récord para ver a Huckabee tocar blues con los Buggy Burgers y escuchar las batallitas del ranger de Texas con los marines americanos en Irak. El actor de serie B fanfarronea de haber tumbado uno por uno a todos los que quisieron medirse con él durante su última visita al campo de batalla.

Entre el público del Val Air Ballroom había chaquetas de cuero y pelos largos, pero el eslogan de la espalda no hablaba de Metallica o Iron Maiden. «Redime tu voto», dec?a el del novio de Emily Hall, una chica de 18 años que hoy votará por primera vez en los caucus de Iowa. Ella toca el piano, Huckabee el bajo. La banda favorita de Emily son los Casting Crowds, «¿un grupo de rock cristiano buenísmo!», dice entusiasmada, y Huckabee apuesta por su propia banda, Capitol Offense, con la que promete seguir tocando en la Casa Blanca si gana las elecciones de noviembre próximo.

La música los une, pero también la religión evangélica que ambos practican, como la inmensa mayoría de los que atendieron a su concierto de Año Nuevo, para bailar como locos el 'Sweet Home Alabama' y 'La Bamba'.

Hasta hace un mes Emily pensaba votar por Mitt Romney, el mormón que como prueba de sus valores morales presume de llevar 37 años casado con la misma mujer, a diferencia de Rudy Giuliani, que como bromeaba ayer David Leterman en su programa de televisión «¿tiene tres mujeres y no es el mormón!».

Estilo desenfadado

Romney había logrado que la masa evangélica superara las disquisiciones bíblicas con los mormones para convertirle en nuevo mesías republicano hasta que las encuestas demostraron que el predicador de Arakansas podía ganar. Es uno de ellos y les hace reír. «¿Quién dijo que los evangélicos no sabemos divertirnos?», les animaba anteanoche. «I love you!», le gritó un exaltado entre la audiencia, seguido de una carcajada unánime. «Yo también te quiero», le contestó Huckabee, «pero ha llegado la hora de que demostremos nuestro amor en las urnas. Tenéis que hablar con vuestros vecinos y convencerlos de que voten por mí. Y si no lo lográis, ¿aseguraos de que el jueves no salen de casa! Tentadles con el partido fútbol, echad palas de nieve en su entrada, desconectarles la batería del coche, ¿pero que no salgan de casa!».

Su estilo desenfadado surte efecto. La gente se desternilla de la risa, y entre eso y el gancho de Chuck Norris, que promete recaudar 10 millones de dólares en su rancho de Texas para auparle hasta la presidencia, ya no queda duda. «¿Quién es más duro de los dos?», dice Norris que le preguntan. «Huckabee, indiscutiblemente, yo sólo voy al gimnasio».