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J. A.
Sábado, 19 de enero 2008, 14:00
Ya lo decíamos el otro día: 'La fuente de Cacho' se ha convertido en el himno oficioso del Racing. Han hecho falta el empeño de las peñas, que jornada a jornada han insistido en ello y, más que nada, los buenos resultados del equipo, que son los que al final contagian al respetable las ganas de cantar y hasta de bailar.
Según explica Fernando Ortiz, presidente de la Asociación de Peñas del Racing, la canción se entonó al celebrar el último ascenso del Racing, al comienzo del milenio. «Es una canción muy conocida, muy nuestra y que nos identifica. Es algo parecido a la 'Rianxeira' en el Celta de Vigo».
Ortiz se empeña en dejar claro que no es que las peñas estén haciendo boicot al himno del Racing. «Para mí está muy bien, aunque puede que resulte un poco 'serión'. Nosotros respetamos todos los símbolos del club. Esto es sólo una forma de apoyar al equipo y de festejar cada partido. Lo que queremos es instaurar la costumbre en la grada y que se cante siempre».
Espontaneidad
La verdad es que, en este tipo iniciativas, lo que más 'puntúa' es la espontaneidad. Lo han comprobado en sus propias carnes los ideólogos del nuevo himno español, que se creyeron capaces de tener contenta a toda la diversidad cuando lo que probablemente se necesite sea un programa del tipo 'Operación Himno' o algo incluso peor. 'La fuente de Cacho' ha desbancado la pieza que compuso Bustamante, o incluso la de Los Carabelas ('Este partido le vamos a ganar': Y eso que no hay nada más de aquí que un buen leísmo). Su mayor virtud probablemente radique en que cualquiera se la sabe (más o menos), sin que recuerde exactamente cuándo ni dónde la aprendió.
Descuido
En cuanto al asunto en sí, la fuente de Cacho propiamente dicha merece en estos días bastante menos entusiasmo que el Racing. Parece ser, y si no algún conocedor de la historia y las calles de Santander lo enmendará, que la fuente adquirió su nombre del apellido del propietario de los terrenos de toda la zona, Celestino Cacho.
Ya en tiempos modernos, cuando el manantial dejó pasó a las tuberías, tuvo diversos usos, entre ellos el de zona de reunión de yonquis. El Ayuntamiento volvió a recuperarla, hace bien poco, aunque hoy por hoy su aspecto sigue siendo bastante lúgubre, y yo mismo desaconsejo a cualquier morena que vaya por ahí a beber un vaso de agua porque da un poco de asquito.
Lo mejor que tiene es el acceso, con una verja cuidada que da entrada a una pequeña plazoleta con tres bancos y unos cuantos árboles, entre ellos un simpático laurel. Unas escaleras, flanqueadas por unas tiras de césped, conducen el descenso hasta la fuente, situada dentro de un portal de piedra.
No es exactamente abandono, pero limpia-limpia no está. La fuente consiste en un grifo de los de apretar que sobresale de la pared. Hay agua. Debajo, una pila que seguro que en su día también fue de piedra y hoy es de cemento, llena de bolsas de supermercado. En su base, un escudo tallado en el que aún se lee «Cacho». En el suelo, entre la clásica porquería, llaman la atención un par de condones abiertos y sin usar, o utilizados con escaso éxito. No pueden faltar las pintadas. Debió de ser memorable el 4/8/07, cuando TKM y J&P dejaron su firma.
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