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C. L. M. COLPISA.
Martes, 5 de febrero 2008, 02:09
Eterna candidata, Maribel Verdú se llevó por fin el Goya. A la quinta nominación. Espectacular en un diseño plateado de Alberto Ferreti, la protagonista de 'Siete mesas de billar francés' tenía ayer su voz un tanto perjudicada tras la fiesta. «¿Estoy tan feliz, tan contenta! Me ha hecho mucha ilusión este premio por uno de los papeles más difíciles que me han dado». Verdú quiere saber cómo reaccionaron los periodistas que cubrían la gala cuando oyeron su nombre. «¿Es verdad que os pusisteis a gritar y hubo aplausos?».
Ganó la partida a Belén Rueda, Emma Suárez y a su compañera de fatigas en el filme de Gracia Querejeta, Blanca Portillo. «Cuando me nominaban, todos me decían que me lo iba a llevar y luego nada. Pensé que esta vez sería igual. Es el reconocimiento a muchos años en la profesión. No creo que este Goya se traduzca en más trabajo, es más un premio por la autoestima que te da».
A punto de coger el avión a Buenos Aires, donde permanecerá cinco meses rodando a las órdenes de Francis Ford Coppola 'Tetro', la intérprete no tiene tiempo para dar las gracias a las muchas personas que le han felicitado: en su móvil se acumulan más de 160 mensajes.
En estos momentos sólo tiene al director de 'El padrino' en la cabeza, a quien se entregará «con mucha ilusión y llevando el texto muy bien aprendido». A Verdú se le acumulan las ofertas en el extranjero. «Fuera es una locura lo que hay por los españoles».
Espiritual y carnal
Y de la mejor actriz de 2007 al mejor actor, Alberto San Juan, que se impuso a Alfredo Landa, Alvaro de Luna y Tristán Ulloa, por dar vida al trompetista vividor de 'Bajo las estrellas', la ópera prima de Félix Viscarret. «No hay que plantearse esta ceremonia en términos generacionales. El sentido último de los premios es darle vidilla a la profesión y promocionar las películas».
El actor puso la nota política en la ceremonia al pedir «la disolución definitiva de esa cosa llamada Conferencia Episcopal». Después se explicó. «Es una institución que representa el principal obstáculo para el progreso humano. Las jerarquías de todas las iglesias son dogmáticas, fundamentalistas y cerradas al diálogo. Para mí lo espiritual va unido a lo carnal».
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