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AGENCIAS
Miércoles, 20 de febrero 2008, 02:28
Los disidentes cubanos asentados en España acogieron con cautela y con reservas la noticia de la retirada de Fidel Castro. No hubo en Madrid, a diferencia de lo que ocurrió en la capital del exilio cubano, Miami, festejos ni muestras de alegría en las calles.
Para los críticos con el régimen, que Castro suceda a Castro equivale a «continuidad» en la isla, aunque admitieron que sin Fidel ya nada será igual.
Los cuatro disidentes liberados el pasado sábado y enviados a España exhibieron en rueda de prensa sus escasas esperanzas en el proceso. «No estamos seguros de que con Raúl esto vaya a cambiar», explicó el sindicalista Pedro Pablo Álvarez Ramos, para quien «hasta que no se reconozca el derecho cubano a decidir su futuro, no habrá cambios».
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