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Rogelio Egusquiza (Santander 1845-Madrid 1915). / DM
Rogelio Egusquiza, un ilustre olvidado
TORRELAVEGA

Rogelio Egusquiza, un ilustre olvidado

La Escuela de Artes Eduardo Pisano recupera la figura de este pintor y grabador, amigo personal de Wagner

N. BOLADO

Miércoles, 20 de febrero 2008, 02:32

La Escuela Municipal de Arte Eduardo Pisano de Torrelavega, iniciará mañana jueves, día 21 de febrero, un ciclo de conferencias relacionadas con temas artísticos desde distintas vertientes que, a cuyo término, serán editadas por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Torrelavega. La primera disertación no podía ser más interesante, no sólo para los artistas si no para el público en general. Se trata de hacer un perfil del que, posiblemente, haya sido uno de los pintores cántabros más interesantes y de mayor proyección internacional: Rogelio de Egusquiza y Barrera (Santander 1845-Madrid 1915).

Bajo el título de 'Rogelio de Egusquiza, un ilustre olvidado', el experto en Arte, Diego Bedia Casanueva, abordará la figura de este desconocido personaje, tanto desde el punto de vista artístico como del personal. Fue la investigadora de la Universidad Complutense, Sonia Blanco Grassa, quien recuperó, para su tesis doctoral, la obra de este pintor montañés que llegó a ser íntimo amigo de Wagner y de su esposa Cosima. Junto a Joaquín Marsillach, fue uno de los dos únicos amigos españoles que tuvo Wagner.

El Museo de Bellas Artes de Santander, en 1995, junto a la Fundación Marcelino Botín, promovieron una exposición sobre su obra, y el año pasado, el Museo de Bellas Artes de Asturias hizo una exposición sobre Rogelio de Egusquiza, el pintor wagneriano español por excelencia, con motivo de la representación, en Oviedo, de la ópera 'Tristán e Isolda' en el Teatro Campoamor.

Rogelio de Egusquiza fue uno de los pintores españoles en los que más influyó la estética wagneriana. Su amistad con el compositor alemán quedó también reflejada en una serie de lienzos sobre Parsifal, y otros, como La Vida y La Muerte de Tristán e Isolda, además de uno de los retratos más famosos del compositor. También retrató a Shopenhauer y Kundry (personaje wagneriano de la ópera Parsifal). Su obra se desarrolló, principalmente, en París, donde fijó su residencia pero se formó con los Madrazo y Fortuny, entre otros, trabajando en la pintura y el grabado. Quien quiera conocer más de cerca al personaje tiene mañana una cita en Torrelavega, a las siete de la tarde, en la Cámara de Comercio.

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