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GONZALO SELLERS
Domingo, 24 de febrero 2008, 12:20
El medio ambiente se ha convertido, de un día para otro, en uno de los protagonistas de la campaña electoral en Cantabria. El proyecto, experimental y a 20 años vista, de crear un sumidero en España donde enterrar dióxido de carbono capturado de las centrales térmicas se ha convertido en un arma arrojadiza entre los partidos. Y es que de los once emplazamientos que baraja el Gobierno central dos están situados en la costa cántabra, frente a Comillas y Suances.
Precisamente esta última localidad fue elegida ayer por el presidente del PP de Cantabria, Ignacio Diego, para mantener una reunión con los representantes de su partido en los municipios de la zona centro y costa occidental.
El dirigente 'popular' arremetió contra la «animadversión» de José Luis Rodríguez Zapatero a Cantabria, y criticó el «secretismo» con el que el Ejecutivo ha manejado este proyecto.
Nocturnidad y alevosía
La publicación en el Boletín Oficial del Estado, el pasado 8 de febrero, de las candidatas a acoger estos sumideros se hizo «con nocturnidad y alevosía», según Diego. «No se ha informado a los partidos políticos ni a los ciudadanos de ningún detalle de esta iniciativa, y luego acusan al PP de crear alarmismo cuando lo único que hacemos es decir a la gente la verdad de lo que pasa», señaló.
El programa electoral del PP también incluye una estrategia nacional para la utilización de sumideros de CO2, pero lo que Diego criticó es la elección de Cantabria como alternativa a albergarlo. «Si se lleva a cabo deberían colocarse en las regiones con mayor producción de dióxido de carbono, no en nuestra costa», indicó.
La principal duda que surge respecto a este proyecto, que ya se lleva a cabo en EE UU y Europa, es su consecuencia sobre el medio ambiente. Los técnicos que trabajan en él aseguran que es «inocuo», mientras que los ecologistas lo rechazan. «Es meter la porquería bajo la alfombra», dicen.
Diego fue ayer más allá, y habló de posibles riesgos a la salud, debido a que esta tecnología «aún es experimental». «Como dijo Miguel Ángel Revilla, el CO2 no es radioactivo» -señaló Diego con ironía- «pero si una persona se encierra con un coche encendido en el garaje, se muere asfixiada por el dióxido de carbono». «No existe ningún científico que asegure un riesgo cero», remarcó.
La primera medida del PP en este sentido será presentar mociones en los ayuntamientos afectados por un, todavía hipotético, sumidero. En ellas, reprobarán al Ejecutivo la «falta de información» sobre el proyecto, instarán a la Consejería de Medio Ambiente a que «defienda» los intereses de los cántabros y, finalmente, mostrarán su «rechazo total» al almacenamiento en las costas cántabras.
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