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N. G. U.
Miércoles, 5 de marzo 2008, 10:49
Un empresario vasco identificado como J.J.M.M., de 53 años y vecino de la localidad vizcaína de Ortuella, apareció ayer muerto en la playa de Dícido, en Mioño, donde las condiciones que presentaba el cadáver -no tenía la cabeza- trabaron durante un par de horas el camino que los investigadores recorrieron para poder llegar a la conclusión de que era un suicidio; que el hombre se arrojó al mar y que el fuerte oleaje reinante en la zona le arrancó la cabeza.
Según ha podido averiguar este periódico, el hallazgo se produjo a primera hora de la tarde en la playa de Dícido, donde se desplegó la Guardia Civil para empezar a cerrar incógnitas.
Dando con la identidad del fallecido, J.J.M.M., de 53 años de edad y vecino de Ortuella, los investigadores llegaron hasta su familia, que puso a la Guardia Civil al corriente de los «gravísimos» problemas económicos del fallecido, que regentaba una inmobiliaria, y de los comentarios que sobre la posibilidad de acabar con su vida había venido realizando el hombre en su entorno tanto familiar como laboral.
Esto y el hallazgo del vehículo del fallecido en los alrededores del lugar donde apareció su cadáver, refuerzan la teoría de los investigadores de que el hombre se presentó en los acantilados de Mioño ayer mismo (en el coche había un periódico recién comprado) y se arrojó al vacío.
Las rocas, primero, y el oleaje, después, le habrían arrancado la cabeza del resto del cuerpo, que, por lo demás, no presentaba signo alguno de violencia. Y aunque se sospecha que murió ahogado, las causas de su fallecimiento no se sabrán hasta hoy.
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