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J. AHUMADA
Martes, 18 de marzo 2008, 01:29
Fue para muchos la mejor alineación que ha tenido el Racing en un siglo de historia, como lo demuestra que más de un abuelete sea capaz aún de recitarla de un tirón: Ortega, Lorín, Amorebieta, Ruiz, Herrero, Mathiensen, Nemes, Joseíto, Mariano, Alsúa y Echeveste.
1950 fue el gran año para este Racing, que logró proclamarse campeón de Segunda División y, por ello, ascender a Primera, y también llegar a cuartos de la Copa, en aquel tiempo del Generalísimo.
La eliminatoria
En realidad, más que el hecho de llegar a esa ronda de la competición -la primera vez que lo hacía en 75 años, no hay que olvidarlo- lo increíble fue la forma de conseguirlo: eliminando al Barcelona en El Sardinero después de haber perdido en el partido de ida por 4-1. Un 5-1 hizo falta para apear del torneo al poderoso cuadro catalán, plagado ya entonces de grandes nombres, un resultado que convirtió ese choque en toda una leyenda, en el equivalente santanderino de aquel España-Malta.
La primera ronda de aquella eliminatoria no tuvo más historia: eliminó al Gijón tras ganar a partido único por un rotundo 4-1.
En la siguiente fase la cosa se complicó un poco más: el rival era el Plus Ultra y la fórmula, idéntica, partido único en el Santiago Bernabéu. Con el campo abarrotado de público, algo curioso al tratarse de dos equipos de Segunda, el Racing repitió victoria, en esta ocasión por 2-1.
En octavos, la suerte ya se olvidó definitivamente del conjunto santanderino. El bombo lo condenó a medirse al Barcelona, con ida y vuelta.
El primer choque resultó funesto por un error de táctica. Ese Racing, que toda la temporada se había venido mostrando muy ofensivo, pecó de prudente en las Corts, espantado por la categoría del contrario. La táctica defensiva que adoptó le costó un contundente 4-0 que a última hora lograron suavizar con un solitario tanto de Felipe.
El milagro
Una semana después, el 7 de mayo, en El Sardinero, todo cambió de forma radical. El Racing volvió a ser el de siempre y un poco más. En sólo 45 minutos se solventó la eliminatoria con goles marcados por Nemes, Joseíto (que coló dos), Alsúa y Echeveste.
Nada pudieron hacer futbolistas de la talla de Gonzalvo o Ramallets, internacionales con el equipo español, para frenar las acometidas de los delanteros montañeses.
No hace falta mucha imaginación para hacerse una imagen de la fiesta que se vivió en el graderío, repleto de gente.
Ni siquiera tuvo ocasión el público de los Campos de Sport de asustarse cuando el Barcelona, al límite del tiempo, acertó a maquillar la desgracia con el gol de la honrilla. La suerte ya estaba echada y el Racing conseguía hacer historia.
Del resto ya nadie se acuerda, ni falta que hace. El Valencia se encargó de apear de la Copa al Racing. A pesar del buen pie con que se entró en la ronda, nada menos que con un 3-0, el desastre sobrevino en Mestalla. Un decisivo 6-0 acabó con todas las ilusiones.
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