Los compromisos que encogen

Objetivo: construir 1.500 viviendas protegidas cada año» anunciaba nuestro Presidente Regional el pasado 27 de marzo, indicando que había «dado orden» al consejero de que se empezaran a prever dichas actuaciones. Vaya por delante que creo que es un objetivo complicado, porque tan elevado número de viviendas supone una enorme necesidad de suelo y recursos. Pero esa no es la cuestión, la cuestión es que los compromisos, cual ropa mal lavada, van encogiendo en la legislatura regional. En el programa electoral del PSOE se comprometían a construir 9.000 viviendas sociales; por su parte, el PRC detallaba diferentes actuaciones que sumaban 4.960 viviendas. En junio de 2007 ambos partidos firmaron un acuerdo que fijaba en 8.000 las viviendas sociales. Un cálculo rápido nos deja las cosas claras: en el tiempo de un embarazo hemos perdido 500 viviendas al año, o lo que es lo mismo 2.000 en toda la legislatura. Hay dos aspectos que me preocupan de este tema: el primero y más obvio, es que se van a construir menos viviendas y el segundo, es que de alguna forma uno va perdiendo la fe en los compromisos firmes que nos hicieron nuestros responsables públicos en campaña electoral.

Hace dos semanas me comprometí a realizar un seguimiento de los compromisos de Elena Salgado con respecto a Valdecilla. Al día siguiente en una tertulia radiofónica, un tertuliano me subrayó que para tener más credibilidad debía también vigilar los compromisos de la oposición. No se puede estar más equivocado. Quien ha de ser controlado es el depositario del poder público, aquel que controlará el poder legislativo, los presupuestos y toda la maquinaria administrativa. Desviar atención hacia la oposición es pedirle responsabilidad sobre los resultados a un jugador del banquillo, una estupidez. La generación de mis padres y mis abuelos lucharon porque hoy podamos votar y expresarnos libremente. Es un legado inmenso. Por eso no puedo dejar de preocuparme de que los que detentan el poder cumplan con lo prometido, para que los sueños no nos encojan a la primera de cambio.

* INGENIERO