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La fábrica de fibroyeso comenzó a construirse en 2005. /MIGUEL DE LAS CUEVAS
CANTABRIA

Los gestores de GFB ultiman un nuevo plan de viabilidad de la fábrica de Orejo

La desconfianza entre los accionistas es mutua y coincide con el aumento del control de la inversión por parte de Sodercán y los reparos hechos a la gestión

G. S.

Domingo, 20 de abril 2008, 11:37

El accionista mayoritario de la empresa GFB de Orejo está ultimando una revisión y actualización del Plan de Viabilidad de la factoría de fibroyeso, tanto en el aspecto industrial como en el comercial y el financiero. Esa actualización (un nuevo plan) fue requerida por escrito en el pasado consejo de administración por los consejeros que representan a la empresa pública Sodercán, socio minoritario de GFB.

Además, en los próximos días los responsables ejecutivos de la sociedad remitirán a sus socios diversa información complementaria que han demandado, aunque la falta de confianza mutua entre la sociedad 'JPM Industries SA' (empresa del Grupo Martí Pujol) y Sodercán puede provocar que el socio mayoritario opte por ofrecer datos con «cuentagotas». Al menos eso es lo que pudiera desprenderse de una comunicación interna que al parecer habría cursado el presidente de GFB, Sebastián Tena.

A juicio del accionista mayoritario, la actitud de Sodercán hacia JPM Industries ha cambiado en los últimos nueve meses hasta el extremo de cuestionarse si la empresa pública sigue apoyando el proyecto de la fábrica de fibroyeso.

La interpretación que se hace desde la dirección ejecutiva de GFB sobre la actitud de Sodercán contrasta con la visión que tienen los responsables de la empresa pública. El cambio que Tena percibe en Sodercán desde hace nueve meses coincide en el tiempo que el inicio de la actual legislatura -tras los comicios regionales- y los relevos en la Consejería de Industria y en la propia empresa pública de capital mixto.

Pero las discrepancias entre socios por la gestión de la empresa habrían quedado patentes con anterioridad a esa fecha. Incluso hace un año consejeros de Sodercán anunciaron la posibilidad de no acudir a nuevos consejos de administración de GFB ante la actitud del accionista mayoritario.

Desde entonces, Sodercán ha cuestionado de forma reiterada la gestión de los ejecutivos designados por el socio mayoritario de GFB y ha explicitado distintos reparos a los balances financieros, los planes de viabilidad y la proyección del volumen de negocio.

Control y vigilancia

Según los responsables de Sodercán esa actuación lejos de poder ser interpretada como una falta de credibilidad en el proyecto responde «al necesario y obligado control y vigilancia sobre una inversión pública y un proyecto positivo en el que participa el Gobierno». De ahí que se exijan clarificaciones y datos para lograr la viabilidad de la fábrica de fibroyeso, que ya acumula años de retraso en su entrada en servicio; a esas solicitudes se ha añadido la de un nuevo plan de viabilidad, un peritaje independiente de la maquinaria y una fecha vinculante para la apertura de la factoría.

Las acusaciones sobre la responsabilidad en la apertura se entrecruzan. Para el socio mayoritario, la culpa radicaría en Sodercán y en el incumplimiento de los acuerdos que implicarían la aportación de más capital por parte de la sociedad pública y la concesión de subvenciones a fondo perdido hasta contabilizar 13,5 millones (mantiene que sólo se han recibido 5,8 millones por esa vía). Para Tena, todo indica que no hay interés en que el proyecto salga adelante.

Por contra, el socio minoritario -que ya ha aportado 25 millones de euros- entiende que el socio mayoritario es el único responsable de la gestión y no ha hecho efectiva la aportación de capital que le corresponde en su condición de socio mayoritario (70% de las acciones).

Subvenciones

Hasta ahora, el grupo costarricense habría invertido una cifra cercana a los 40 millones de euros. De esa cifra, 23 millones se aportaron en capital y otros 14 millones mediante aval bancario. Frente a esas inversiones, el grupo que auspicia el proyecto habría recibido 44 millones de euros por la 'autoventa' de la maquinaria a GFB por parte de la sociedad Euroamérica, propiedad de JPM Industries

Por parte de los accionistas mayoritarios se estima que los retrasos en la apertura de la factoría obedecen a causas ajenas a los gestores (ver DM de ayer). Entre otras argumentaciones se indica que los terrenos aportados por Sicán se entregaron con 14 meses de desfase sobre la fecha prevista y que además fue necesario gastar 2,5 millones de euros adicionales en movimientos de tierra y otros sobrecostes por las malas condiciones geotécnicas del solar donde se instaló la fábrica.

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