El Club Voleibol Torrelavega permuta su plaza en la Superliga con el Ibsa canario

El Club Voleibol Torrelavega no jugará, definitivamente, en la Superliga femenina. El conjunto cántabro, debido a la imposibilidad de reunir el presupuesto necesario para poder participar en la categoría, ha permutado su plaza con el Ibsa de Gran Canaria, que será el conjunto que actúe en la máxima división del voleibol femenino español, mientras que las cántabras lo harán en la Superliga 2. La noticia del acuerdo para intercambiar las plazas fue dada ayer a conocer por Manuel Campos, gerente del club canario.

Los motivos de esa situación hay que encontrarlos en la imposibilidad del club de cubrir el presupuesto necesario para participar en la Superliga, estimado en unos 400.000 euros. Tras fracasar las negociaciones con el Ayuntamiento de Torrelavega y dado que el plazo para inscribirse expiraba ya, al club no le ha quedado mas remedio que renunciar a la Superliga. La fórmula de la permuta ha sido finalmente la elegida ante el riesgo que suponía renunciar directamente a la categoría y que la Federación Española bajara al equipo hasta la Liga FEV.

Las cuentas del club están claras. Hacen falta 400.000 euros para jugar en la Superliga y la entidad únicamente dispone de 133.000 euros que aporta la Consejería de Deporte, más los 40.000 del Ayuntamiento.

Las últimas gestiones realizadas para tratar de reunir el presupuesto han resultado inútiles. El Ayuntamiento se negó a incrementar la subvención y la Consejería informó de que no podía aportar más cantidad. Incluso, se comprobó que la moción presentada por el PRC en el Ayuntamiento de Torrelavega para incrementar la subvención hasta los 133.000 euros tampoco prosperaría. El PP, a través de su portavoz Ildefonso Calderón, no garantizó su apoyo a la iniciativa.

«Salir sin el presupuesto era un suicidio», afirmó ayer a este medio un portavoz del club. «Nos han animado a que lo hiciéramos mientras buscábamos un patrocinador, pero no podemos arriesgarnos y que mediada la competición no tuviéramos dinero. La única solución ha sido permutar la plaza».