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El escritor Enrique Vila-Matas intervino en la UIMP. / ROBERTO RUIZ
«Leo a los demás hasta convertirlos en otros»
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«Leo a los demás hasta convertirlos en otros»

Vila-Matas, que publicará en septiembre su nuevo libro, desnuda en La Magdalena su método de trabajo «entre citas verdaderas e inventadas»

GUILLERMO BALBONA

Sábado, 5 de julio 2008, 04:06

«Donde se puede y se debe ser original es al citar». El autor de 'El mal de Montano' niega la existencia de la metaliteratura; confiesa que lo suyo es un juego que nada tiene que ver con la intertextualidad o lo metaliterario; subraya que la literatura es «riesgo, capacidad para lanzarse al vacío», y se muestra convencido de que «en una novela todo es cuestión de estilo». Enrique Vila-Matas convierte su participación en la clausura del foro sobre la literatura europea en nuestros días en un territorio que parece un trasunto de 'Bartleby y compañía': un itinerario confesional, lúdico, de lecturas y escrituras, de citas verdaderas e inventadas que reflejan el universo de un autor solitario, en cierto modo 'outsider', que ha ido configurando una estética peculiar a través de sus querencias literarias.

Aprovecha la tribuna de La Magdalena para desnudar de manera insólita su método de trabajo, la elaboración de su escritura. Utiliza citas o las inventa, una seña de identidad que caracteriza la trayectoria del narrador catalán y en la que se recrea con profusión, sentido del humor y generosidad o, al menos, así lo evidencian los ejemplos que el propio autor se encarga de propagar y confundir: 'Nocilla dream', la novela de Agustín Fernández Mallo está presidida por una cita de Marguerite Duras, que en realidad inventó Vila-Matas, y lo mismo sucede con otra sentencia atribuida a Kafka y sus diarios 'adulterada' por el filtro del autor de 'Historia abreviada de la literatura portátil'.

Invento de críticos

En las aulas de la UIMP Enrique Vila-Matas describe su método mediante una serie de reflexiones que bautiza como 'Poética a posteriori'. El narrador considera que cuando la crítica hace hincapié en su gusto por las citas y en su tendencia a la metaliteratura lo usa como una acusación. «En realidad, la metaliteratura no existe; es un invento de críticos enemigos de lo intelectual.Yo practico una literatura de investigación. Leo a los demás hasta convertirlos en otros y eso incluye también mi propia parodia». Para Vila-Matas, «la originalidad reside también en la asimilación de otras voces».

En su recorrido de mandamientos de trabajo está omnipresente el referente y el homenaje a Laurence Sterne, el escritor de culto por excelencia y, por ende, una sucesión de referencias, de lecturas que marcan una identificación y la importancia del escritor como lector. Vila-Matas teje una estética fruto de la miscelánea de citas inventadas y verdaderas, más asertos a modo de axiomas no exentos de ironía y juegos: «uno escribe siempre después de otros». A la sombra de Georges Perec y Borges, Kafka y Stern, el autor barcelonés dice que estos autores le habían demostrado que «en novela era posible hacer cosas muy distintas de las que se predicaban». Vila-Matas asegura que ha «pretendido siempre escribir narraciones autobiográficas que son como ensayos» y viceversa; y, por supuesto, he inventado mis citas. Todo ello forma parte de una estética. Son cosas naturales porque una cita -sostiene- supone lanzar una bengala de aviso y buscar cómplices». Frente al «casticismo y la ocurrencia», inventos del tópico, el autor de 'El viaje vertical' abogó por «respirar literatura para no ahogarse», defendió la «poética de la simulación» y criticó la «posición anti intelectual de algunos críticos que han provocado un conflicto grandioso en España producto de cierta incultura». Vila-Matas, que leyó su texto ya conocido, 'Café Perec', declaró su fe en «experimentar la fusión de géneros» y su gusto por «las tramas no convencionales», y subrayó la necesidad de «arriesgarse en literatura donde todo está permitido». En ese canto de libertad, recordó que «Flaubert en 'Madame Bovary' ya dinamitó el realismo al llevarlo hasta su último extremo y Joyce en el 'Ulises' hizo lo propio hasta el punto que la novela ya casi no tiene sentido». Finalmente, reclamó «libros libres y estructuras inéditas».

Contra el manifiesto

Sobre el 'Manifiesto de la lengua común', presentado recientemente por un grupo de intelectuales, se mostró en desacuerdo. «En los últimos años todo se ha politizado de una forma absoluta y, detrás de cualquier idea siempre hay un movimiento político con intereses particulares y búsqueda de votos».

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