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El funicular salva un desnivel de 38 metros y evita 120 escaleras. / ROBERTO RUIZ
Salto en funicular entre el Río de la Pila y la calle General Dávila
CANTABRIA

Salto en funicular entre el Río de la Pila y la calle General Dávila

El elevador es gratis y funciona de seis de la mañana a medianoche Los vecinos critican los accesos y el alcalde promete mejorarlos

CONSUELO DE LA PEÑA

Sábado, 12 de julio 2008, 11:40

Juana Garrido lleva 38 años subiendo y bajando los más de 120 peldaños que separan el viejo barrio del Río de la Pila de Prado San Roque, donde vivía. Ayer, a sus 72 años y con dos infartos a cuestas, fue la primera vecina de la zona en utilizar el funicular que une la ladera sur y norte de la ciudad. Apoyada en una cachava, accedió a la cabina y subió sin esfuerzo a la zona donde hace cuatro años se levantaba su casa.

Juana, como otros muchos vecinos, aplaudió la obra del alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, que ayer inauguró junto con el delegado del Gobierno en Cantabria, Agustín Ibáñez, el elevador. Pero desde los balcones y las aceras otros ciudadanos protestaban a gritos por el largo trayecto que hay hacer para acceder al elevador. En lo alto del funicular, el alcalde se comprometió a realizar un estudio de viabilidad para mejorar la accesibilidad al ascensor. «Lo importante es que el funicular está en funcionamiento», resaltó.

Y es que cuatro años después de que se colocará la primera piedra, ayer, por fin, el proyecto de conectar la zona del Río de la Pila con la Avenida de General Dávila mediante un elevador se convirtió en realidad. «Ha sido un proceso largo y difícil, con momentos complicados porque hubo que hablar con los vecinos que vivían en este entorno», recordó De la Serna, satisfecho del deber cumplido. Ha habido que salvar un desnivel de 38 metros y una inclinación de 31 grados, y ha sido necesario expropiar las viviendas de 17 personas, de las cuales 13 aceptaron una indemnización por su propiedad. El resto fueron realojadas en viviendas de alquiler y en diciembre el Ayuntamiento tiene previsto entregarles un piso en la promoción que se construye en Peñacastillo.

La inversión de la obra asciende a 5,1 millones de euros, de los cuales el 85 por ciento ha sido financiado a través del programa comunitario Espacio Económico Europeo.

El ascensor, que recorre un trayecto de 75 metros, realiza cuatro paradas: Río de la Pila, la calle San Sebastián, Prado San Roque y General Dávila. Con capacidad para 20 personas, dispone de un servicio de videovigilancia especial conectado a la Policía Local, de manera que «siempre habrá un control sobre las instalaciones», señaló Íñigo de la Serna. El elevador, que es gratuito, estará en servicio desde las seis de la mañana hasta las doce de la noche.

Pero junto al ascensor, se han realizado otras «actuaciones importantes». Así se han renovado las escaleras existentes, -más de 120 peldaños separan las dos laderas-, para los que no quieran o no puedan utilizar el elevador. Y se ha construido una rampa para facilitar la accesibilidad al primer tramo desde el Río de la Pila, una solución que se complementa con la instalación de escaleras mecánicas, pero que, a juicios de algunos vecinos, es insuficiente. Josefina Real, que vive al final del Río de la Pila, señaló a los periodistas que la obra es «una maravilla» para un barrio que hasta ahora era «tercermundista», pero se queja de las dificultades para acceder a la cabina. «Tenían que haber puesto unas escaleras mecánicas de subida y otras de bajada. Lo veo un engaño. Lo demás está muy bien».

Aliciente turístico

Pero a la mejora sustancial de la accesibilidad que supone el funicular se une el «aliciente turístico», en palabras del alcalde, que puede tener el funicular. No en vano las vistas sobre la bahía de Santander desde General Dávila, con el macizo de Peñacabarga de fondo, son espectaculares.

Y si Íñigo de la Serna tuvo un reconocimiento especial para el concejal de Juventud, Empleo y Nuevas Tecnologías, Samuel Ruiz, en esta obra, el delegado del Gobierno, Agustín Ibáñez, recordó «los esfuerzos del anterior alcalde, Gonzalo Piñeiro, que trabajó intensamente para hacer realidad esta obra, dentro de un clima de lealtad institucional y de ánimo constructivo, que posibilitó el consenso».

Ibáñez aprovechó la ocasión para reclamar «colaboración entre las autoridades y las instituciones», algo que «los ciudadanos nos exigen». A su juicio, esta «apuesta por la mejora del bienestar de los santanderinos es una prueba más de que esta ciudad es una preocupación constante del Gobierno de España».

A la apertura de la instalación asistió también el concejal socialista Jesús Cabezón, que consideró «muy positiva» esta actuación. «Todo lo que sea intervenir en la recuperación de la ciudad de manera positiva es bueno. Con esta obra se eliminan las barreras de acceso entre dos puntos de la ciudad, por lo que sólo puedo expresar mi satisfacción».

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