El GPS del tesoro

E l Gobierno de EE UU suprimió en 2000 de sus satélites un premeditado error de cálculo motivado por la habitual paranoia de salvaguardar la seguridad nacional. Hasta mayo de aquel año, ese error impedía a los navegadores GPS localizar nada con precisión (la señal siempre se perdía a los pocos metros). Para celebrar esta liberación, David Ulmer propuso un juego en un foro de Usenet sobre navegadores GPS. Ulmer escondió un cubo con diversos 'tesoros' en el monte y colgó sus coordenadas en Internet. El reto consistía en encontrar el alijo con ayuda de un dispositivo de localización GPS.

La iniciativa fue un éxito y, con el paso de los años, aquella gimkana virtual se extendió, dando lugar a uno de esos fenómenos sociales que sólo puede nacer en la red: el Geocaching. Conocido en sus orígenes como GPS-Stashing, el Geocaching es un deporte que consiste en localizar un tesoro oculto por un internauta con ayuda de un GPS. El aficionado que quiera iniciar el juego esconde un objeto de poco valor en un lugar público y cuelga las coordenadas en Internet.

La gracia del juego es que, una vez se encuentra el tesoro, el ganador debe devolverlo donde lo encontró para que otros internautas puedan localizarlo. La costumbre suele ser dejar otra pieza en el contenedor o, simplemente, apuntar el éxito en el papel adjunto y colgar la foto de nuestro triunfo en las webs de Geocaching. Si un no jugador o 'geomuggel' encuentra el tesoro y se lo lleva, se comunica el incidente a la comunidad y se esconde otro objeto.

Los tesoros o 'geocachés' ya se cuentan por miles en todo el mundo y la comunidad de personas que practican este deporte crece día a día. Incluso existen competiciones internacionales de esta gimkana con GPS. El Geocaching es una excusa perfecta para recorrer mundo y conocer gente. Sólo hace falta un GPS y algo de perspicacia.