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CARLOS ALCORTA
Jueves, 24 de julio 2008, 04:02
En los últimos años, las noticias que nos llegan desde el mundo editorial distan mucho de ser halagüeñas. A los problemas de carácter endémico provocados por una distribución poco flexible, la dispersión de títulos, tiradas cortas y poco rentables o el intrusismo profesional, se añaden ahora otras dificultades impulsadas por las nuevas formas de edición vinculadas a las nuevas tecnologías, fundamentalmente Internet, pero también los audiolibros o las PDA.
Para combatir estas ofensivas, los responsables de los grandes grupos editoriales plantean medidas legislativas que, indirectamente, ponen de manifiesto su incapacidad para contrarrestar el efecto imparable de los nuevos formatos.
Sin embargo, otras editoriales independientes, como es el caso de El Gaviero Ediciones o algunas otras propuestas emprendidas con valentía desde la llamada periferia cultural - Impedimenta, Menos cuarto, Periférica, la recién creada en nuestra región Quálea, son buenos ejemplos en lugar de la confrontación, han diseñado una estrategia sustentada en optimizar los beneficios que el empleo de la tecnología comporta: uso de la red para mejorar la distribución, fomento del acceso a los contenidos, publicidad asequible, etc. y todo esto con el fin de ofrecer al público lector una nueva mirada sobre la literatura que se está escribiendo en estos momentos, porque si hace quince días teníamos entre nosotros al responsable de la sevillana Editorial Renacimiento, con más de treinta años de singladura por el revuelto mar editorial, hoy presentamos en las Veladas Poéticas de la UIMP a Ana Santos, responsable de la joven editorial almeriense. Se cumple así uno de los principales objetivos de este foro, compaginar empresas editoriales relacionadas con la poesía, solidamente asentadas en el panorama nacional, con nuevas inquietudes editoriales que, afortunadamente, surgen desde lugares excéntricos, distantes de los núcleos de poder con ímpetu y atrevimiento, buscando ese hueco divulgativo y empresarial que, sin duda, aún queda por cubrir.
Un buen ejemplo de los nuevos derroteros por los que transita la edición de poesía más joven y más emprendedora, que no teme romper el molde de la página y ensayar su difusión utilizando los formatos electrónicos lo encontramos en El Gaviero Ediciones, que de la mano de Ana Santos Payán y Pedro J. Miguel nació el 23 de febrero de 2004, en Almería, aunque viene precedida de una larga experiencia en proyectos de publicaciones periódicas, como Pliegos de la Ínsula, Indagación o Barataria, editadas por la Universidad de Alcalá de Henares o la revista Salamandria, que se mantuvo durante diez años, que han servido de campo de pruebas para internarse bien pertrechados en la batalla editorial.
Objeto artístico
La consideración del libro como objeto artístico en sí mismo es una de las premisas editoriales de El Gaviero. Las ediciones se presentan numeradas para dar la impresión de exclusividad, tal y como se presenta la obra pictórica seriada. Se utilizan materiales especiales y se propone un diseño y una maquetación cuidados hasta el extremo, lo que evidencia la devoción hacia el libro que sostiene esta empresa. Cuenta con una amplia nómina de autores reconocidos, pero también apuesta por autores noveles, cumpliendo así el objetivo de desarrollar una labor promocional a la par que aventurera, porque no desdeñan la innovación o el riesgo.
El problema de la distribución lo han solventado los editores con una comercialización propia e independiente, seleccionando los puntos de venta, así como potenciando la oferta de su catálogo en la red (www.elgaviero.com).
Son varias las colecciones incorporadas en esta su breve, aunque intensa, travesía: 'Salamandría' es la más heterogénea, pues comienza su andadura con un libro colectivo entre los que destacan De Cuenca, Medel, Oliván, Marzal, o Cantizani titulado 'Que la fuerza te acompañe', que recoge un conjunto de poemas en torno al a la saga cinematográfica 'Star Wars', ilustrado por Raúl Concheso; continúa la colección con 'los haikús del tren' de Eduardo Moga y la reinterpretación realizada por Juan Bonilla del libro de T.S. Eliot 'El libro de los gatos habilidosos del viejo Possum'. 'Scifipoesía' (poemas postales) se ocupa de una poesía vinculada a la ciencia ficción que cumpla un manifiesto o decálogo inicial redactado por los responsables.
En 'Cuarto Menor', subtitulada 'El lugar de la poesía' se han publicado libros de Kepa Murúa o María Eloy Fernández. La colección 'Guairo' publica poesía en libros breves e intensos acompañados de un fragmento de la obra Guairo de Roberto Gonzáles Fernández. Es la mayor en número de títulos de autores como Lorenzo Oliván, Juan Antonio González Iglesias, Elena Medel o Álvaro Salvador. En 'Cartoné' se editan relatos y novelas cortas con un grabado y, por último, la colección 'Troquel', dedicada a autores jóvenes andaluces, con un diseño cercano a los cuadernos escolares, en donde se han publicado libros tan imprescindibles como el magnífico 'Araña', de Ana Gorría, 'El hombre del saco' de Alejandra Vanesa o el sorprendente 'Química', de Sofía Rhei, autora que nació en Madrid, 1978. Estudió Bellas Artes en Cuenca, escultura en Estrasburgo, escenografía en Bolonia y teoría de la literatura en Madrid. Rhei cree que no hay límites entre lo escrito y lo visual; por ello cultiva e injerta libros objeto semejantes a plantas. Ha expuesto poemas en varias revistas. Aparece en las antologías 'Antolojaja', 'Todo es poesía menos la poesía' y 'Aldea poética III', y está preparando una de sextinas para la editorial Hiperión. Ganó el premio Javier Egea en 2007. Ha publicado además 'Las flores de alcohol' (La Bella Varsovia, 2005) donde homenajea a Baudelaire y Apollinaire, 'Versiones' en Ediciones del Primor (2006) y 'Otra explicación para el temblor de las hojas' (Ayto. de Granada, 2008). Su novela, 'Las ciudades reversibles', libro caracterizado por el juego, la fragmentación y el perspectivismo. Ha participado en numerosos festivales como Actual (Logroño y La noche en blanco (Madrid). Lleva años fabricando y distribuyendo objetos poéticos alrededor del proyecto 'desórdenes serenos'.
En el libro titulado 'Química' (el amor, como sabemos, es química: la hormona oxitocina es la responsable de las emociones positivas, y en los opiáceos predomina la sensación de placer), la tabla periódica de elementos se convierte en un insólito alfabeto que encabeza el desarrollo de cada poema. Rhei, en una especie de juego de espejos o de laberinto íntimo dialoga, no con la esencia lírica del poema, sino con la materia que le da forma (el amor, en este caso) buscando, con una mirada atenta al hallazgo y la sorpresa, desprovista de rutina y un lenguaje en muchas ocasiones de carácter científico (de «apoético», podríamos tacharlo) que se contorsiona en su capacidad simbólica, la esencia de las cosas que nos rodean y que, por tanto, contribuyen a definir al propio ser que las contempla.
Sin duda, esta encomiable aventura editorial y esta indagación sobre el lenguaje que, de nuevo, nos convoca esta noche en el vestíbulo del Palacio de la Magdalena, a las diez, serán una inmejorable compañía para atravesar el ecuador de estas Veladas.
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