Secciones
Servicios
Destacamos
AGENCIAS
Viernes, 8 de agosto 2008, 04:02
El ilustrador Horacio Altuna afirmó que el cómic es «una forma de expresión que no está utilizada y explotada totalmente» debido a que, en general, se concibe como una «lectura infanto-juvenil». En este sentido explicó que «en parte lo es, pero no agota todas las posibilidades».
Altuna, que dirige el curso 'Taller de cómics. Cómic y narración gráfica' organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, concretó que el cómic «tendría que ser como el cine» y poder «abordar todas las temáticas», entre las que citó las ideológicas, políticas, eróticas o bélicas. El historietista argentino aludió a la relevancia de que se le conceda «importancia» a un medio que normalmente no está considerado «dentro de la cultura oficial», y calificó como fantástico inaugurar este taller en «un lugar tan prestigioso» como la UIMP.
Sobre la situación actual del cómic, Altuna lo tildó de «buen momento» desde el punto de vista del lector porque, a su juicio, «nunca se ha editado con tanta diversidad y cantidad de géneros e historietas». Sin embargo, desde el punto de vista del profesional, matizó que el 92% de lo que se publica en España es importado. Esto provoca, a su juicio, «atraso laboral» y «necesidad de los autores de emigrar o deslocalizarse para poder empezar a publicar», razón por la que «vivir de esto aquí es muy difícil y muy poca gente puede hacerlo», añadió. En lo relativo a su trayectoria personal, Altuna se consideró «un tipo privilegiado», ya que «salvo pequeñas excepciones» ha podido hacer los trabajos que ha querido con una carga «más adulta, seria, elaborada y menos frívola».
Sobre la dictadura militar que controló Argentina entre los años 1976 y 1981, consideró que seguro que no dijo «lo que hubiera querido» porque fue un periodo muy duro que él sufrió como todos. Aseveró que la censura y la autocensura eran «el pan nuestro de cada día», por lo que consideró que resultó fácil trabajar, pero difícil expresarse. El artista latinoamericano concretó que una de las razones de su establecimiento en España en 1982 fue la dictadura porque «todo el mundo perdió amigos o familiares». Explicó que también influyeron otros factores por los que decidió cambiar, como «la crisis de los 40» o haber alcanzado «un techo profesional y económico» en su país, donde trabajaba en el diario y en la revista de mayor circulación.
Sobre la concesión en 2004 del Gran Premio del Salón Internacional del Cómic de Barcelona, Altuna comentó que se sintió «primero sorprendido, y después honrado» por ser el primer artista no español en recibirlo. Asimismo, añadió a este galardón el haber sido elegido «por unanimidad» presidente de la Asociación Profesional de Ilustradores de Cataluña «sin hablar catalán», unas distinciones inesperadas que, en su opinión, suponen un broche a sus más de 40 años de trabajo y le hacen sentirse feliz.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.