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La réplica tardía de 'La communiante' de 1923 -la primera de 1914 se conserva en el Museo Reina Sofía de Madrid-. / DM
El Museo incorpora a sus fondos 'La communiante' de María Blanchard
ARTE

El Museo incorpora a sus fondos 'La communiante' de María Blanchard

La pinacoteca santanderina recibe la obra en depósito permanente y suma a la actual exposición temporal una 'Maternidad' inédita, ambas ligadas a colecciones particulares

GUILLERMO BALBONA

Sábado, 23 de agosto 2008, 03:42

La exposición temporal dedicada a María Blanchard (1881-1932), protagonista del verano expositivo en el Museo de Bellas Artes de Santander, ha recibido hasta hoy más de ocho mil visitantes, según fuentes de la pinacoteca de la calle Rubio.La muestra revisionista dedicada a la histórica pintora santanderina, inaugurada el pasado 4 de julio, se exhibirá hasta el 20 de septiembre. Consta de veintidós obras procedentes de algunas colecciones públicas, pero fundamentalmente de colecciones privadas. en especial del norte de España.

Ahora, el Museo ha anunciado la recepción en depósito permanente de la obra de Blanchard 'La communiante' a la vez que ha incorporado a la exposición una 'Maternidad' inédita, ambas pertenecientes a colecciones particulares. Organizada y producida por el Ayuntamiento Santander y la Consejería de Cultura, bajo la dirección técnica y artística del Museo, con el comisariado de Salvador Carretero, ofrece una completa trayectoria mirada de la creación de Blanchard, a modo de «intensa revisión artística a través de emblemáticas y fundamentales obras de la artista cántabra, bien por su historicidad, bien por su calidad».

'La communiante' (1923), presente en la exposición de la pinacoteca santanderina, se quedará en depósito estable en el Museo gracias a la generosidad de su propietario, un coleccionista privado de Cantabria, tras las conversaciones y el acuerdo posterior ahora rubricado.

Esta réplica de 'La communiante' -la primera y famosa de 1914 se conserva en el Museo Reina Sofía de Madrid-, es una obra tardía respecto a la del museo madrileño, por cuanto María Blanchard la llevó a cabo en 1923 «para regalársela a su única discípula conocida, como consecuencia del formidable éxito que supuso la exposición en París en 1920 de 'La communiante' del Reina Sofía».

A pesar de estar realizada en su última y muy característica etapa, esta obra de María Blanchard «posee todas las características de la etapa primitivista que sirvió de engarce entre la de formación y la cubista», en palabras de Carretero. La recuperación de este lienzo es importante; el Museo de Santander y el coleccionista contactaron hace tiempo, decidiendo que fuera trasladada a la institución para estudiarla y restaurarla, tal como se llevó a cabo finalmente.

La pintura ingresó en el Taller Permanente de Conservación y Restauración del Museo de Bellas Artes de Santander y fue tratada durante bastante tiempo por Belén Lahoz, restauradora de la pinacoteca santanderina. Por fin, el Museo decidió incorporarla a la exposición, erigiéndose «en una gran recuperación del patrimonio artístico cántabro», según sus responsables.

Por otro lado, se suma a la exposición una nueva e inédita 'Maternidad', obra de 1924, de 65x 51 cm. de dimensiones, propiedad de una colección particular de Cantabria. El nuevo lienzo se expone junto con la otra gran 'Maternidad' (1922-1923), también perteneciente a una colección particular santanderina. La nueva pieza, que era propiedad de una colección belga, posee «signos evidentes de su etapa cubista, en desarrollo de infinita ternura figurativa final». Una obra perteneciente a la postrera etapa de la creadora -etapa inconclusa, ya que María Blanchard falleció joven en París, en 1932, a la edad de cincuenta y un años, como consecuencia de una tuberculosis.

En definitiva, las novedades en torno a la muestra suponen un doble enriquecimiento. «Ambas obras, como el intenso resto de la exposición y de toda la trayectoria de la artista cántabra -apunta Salvador Carretero-, son producto de la gran inteligencia de Blanchard, virtud que define y engalana todo su recorrido vital y artístico, todo su periplo profesional y humano, poderosa inteligencia tantas veces escondida o, en su caso, minimizada por biógrafos o tratadistas, por otras cuestiones que, aún siendo ciertas, han escondido poco justamente esta cuestión, fundamental a la hora de estudiar su obra».

Desde la juventud

El proyecto expositivo parte de cuatro obras de su juventud, entre las que destaca 'Ninfas encadenando a Sileno', pintura histórica de engarce. Ésta obra está acompañada por otras tres, las pertenecientes al Gobierno de Cantabria y al Museo de Bellas Artes, que en su día donó la propia artista en agradecimiento a las becas de formación otorgadas por ambas instituciones.

La muestra se revela por su rica ligazón «entre esta etapa de formación y de primer desarrollo profesional a través de 'La communiante', para continuar con la exhibición de seis magníficas pinturas de la etapa cubista: 'Composición con personaje', 'Composición musical', 'Composición cubista', 'Naturaleza muerta', 'Naturaleza muerta de la guitarra' y 'La dama del abanico', todas ellas datadas entre 1916 y 1918.

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