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G. BALBONA
Miércoles, 24 de septiembre 2008, 03:11
El historiador y arqueólogo cántabro Joaquín González Echegaray, director del Instituto para Investigaciones Prehistóricas, imparte la última ponencia del XVIII Ciclo de Conferencias sobre Prehistoria de Puente Viesgo, a partir de las ocho de la tarde, en el Gran Hotel Balneario.
González Echegaray, a quien la Sociedad Prehistórica de Cantabria dedicó el ciclo de conferencias de 2007, clausurará de manera oficial esta edición, en la que se ha rendido homenaje al prehistoriador francés Jean Clottes a través de un programa de trece ponencias iniciado el pasado mes de julio. Su labor de investigación, gestión y difusión del patrimonio cultural desarrollada a lo largo de su dilatada carrera profesional, ha destacado especialmente en los campos de la arqueología, la historia y la etnografía. Doctor en Filosofía y Letras y académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, González Echegaray fue nombrado hace dos años Hijo Predilecto de Cantabria.
La conferencia de González Echegaray, bajo el epígrafe 'El hombre paleolítico como superdepredador', sucede en el calendario de este año a la impartida por la catedrática de Prehistoria de la Universidad de Salamanca, María Soledad Corchón, quien analizó los contactos culturales entre los grupos paleolíticos de la Cornisa Cantábrica y los asentados en los Pirineos. La ponente aclaró que investigaciones arqueológicas recientes confirman que hubo contactos directos entre tribus del Paleolítico distanciadas entre sí más de 600 kilómetros y, en especial, entre las del norte de España y las de la zona pirenaica francesa. Para la catedrática de la Universidad de Salamanca, las evidencias científicas de estos intercambios culturales son evidentes por los mismos materiales utilizados, como el sílex, y la similitud de muestras artísticas, como rodetes o contornos recortados, hallados tanto en la región pirenaica como en las cuevas prehistóricas del norte de España».
Recíproco
Este intercambio cultural, subrayó María Soledad Corchón, fue recíproco, lo que desmiente la creencia de que los grupos paleolíticos del Cantábrico se limitaban a copiar el arte de los de las zonas pirenaicas francesas. «Aquí se han encontrado útiles y manifestaciones artísticas propias de los grupos de los Pirineos pero también allí se han hallado las creadas por los paleolíticos de la Cornisa Cantábrica», manifestó la ponente.
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