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N. CAVIA
Jueves, 25 de septiembre 2008, 11:28
La carretera que unirá los valles de Buelna y del Pas, la Autovía de la Meseta y la del Cantábrico, entrará en servicio la próxima primavera, según avanzó ayer el consejero de Obras Públicas, José María Mazón. El nuevo vial conectará Barros, en Los Corrales de Buelna, con Aes, en Puente Viesgo, a través de San Felices de Buelna. 10,6 kilómetros para una inversión de 36,9 millones de euros, aunque el proyecto se inició con un presupuesto de 21.
El consejero visitó ayer la obra acompañado por el director general de Carreteras, Manuel del Jesus, y los alcaldes de San Felices y Los Corrales de Buelna, José Antonio González y Mercedes Toribio.
La visita se centró en la zona en que se construye el puente atirantado, «una estructura singular dentro de los puentes de Cantabria, posiblemente el más bello», dijo Mazón. Avanzó que la intención es terminar en marzo para abrir la vía al tráfico durante la primavera.
El consejero recibió las explicaciones de la empresa adjudicataria sobre el avance de la obra, una vez superadas las dificultades que han ido encontrando a lo largo de los últimos meses, primero a la hora de hallar un terreno estable sobre el que colocar los pilotes del puente, con una profundidad de 40 metros (un edificio de unos 13 pisos), y después con los cambios de trayectoria obligados por la Confederación Hidrográfica del Norte.
«Se están venciendo todas las dificultades que hemos encontrado, y si el ritmo continúa como hasta ahora, se podrá pasear por el puente en noviembre, para marzo se habrá terminado la carretera y se podrá asfaltar, quizás ya en abril o mayo, con mejor tiempo», dijo el consejero.
Un puente singular
La estructura del puente atirantado, que tiene uno de sus soportes en Los Corrales y otro en San Felices, soportará 135 metros de tablero libre que se espera esté colocado en dos meses. Será un puente con cuatro grandes torres inclinadas sobre las que se situarán los cables que soportarán el tablero. Cada torre tendrá nueve tirantes unidos al tablero y otros tantos al estribo.
El puente atirantado se prolonga mediante un viaducto de acceso situado en el punto kilométrico 1,5 de ese vial. Y es que en el primer kilómetro y medio ya se incluyen tres grandes estructuras. La señalada más otro puente mixto sobre el arroyo Mortera y las vías del tren, con una longitud de 90 metros, y otro para salvar la carretera a la central de Sovilla, de 98 metros de longitud. Además, en el kilómetro 4,3 habrá otro puente, de 18 metros de largo, para salvar un camino local.
Opiniones diferentes
Los alcaldes mostraron distintos puntos de vista sobre la carretera, aunque ambos reconocieron la importancia que tendrá para la mejora de las comunicaciones en Cantabria. Para Mercedes Toribio, alcaldesa de Los Corrales, es una «obra impresionante que no nos supone en realidad mucha mejora». Ahora, dijo, «estamos pendientes de la conclusión de la obra para saber cómo quedan los accesos al polígono industrial de Barros y esperar que el remate sea el mejor posible para la senda peatonal». Expresó su deseo de que cuanto antes se lleven a cabo los primeros pasos de la ronda de circunvalación corraliega, «una carretera que si que nos sacará el tráfico pesado del casco urbano».
Por su parte, José Antonio González Linares, alcalde de San Felices de Buelna, no dudó en calificar la carretera de una «obra fabulosa que solo traerá beneficios para todos, especialmente en una zona tan industrial como ésta».
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