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REDACCIÓN
Martes, 30 de septiembre 2008, 09:21
Las presiones de los vecinos de la Plaza de Cañadío y Ensanche de Santander, Casco Viejo, Santa Lucía y calles aledañas para que el Ayuntamiento se tome en serio la aplicación de las leyes contra el consumo de alcohol van dando sus frutos.
El pasado fin de semana agentes de la Policía Local impidieron a los clientes de los bares de la plaza de Cañadío que se alejaran de las inmediaciones del local donde adquirían sus bebidas, requiriéndoles para que no se sentaran en las escaleras, lugar que se ha convertido en una gran terraza al aire libre.
La prohibición se impuso colocando policías en la plaza que impedían a los clientes de los bares 'pasar' con su copa de una linea imaginaria trazada uniendo las dos farolas monumentales allí instaladas. Además, los agentes están consiguiendo que el botellón con bebidas adquiridas en supermercados cercanos ya no utilice las escaleras de la plaza y de la Iglesia de Santa Lucía, para satisfacción de los vecinos y la parroquia.
Los que no se han mostrado tan satisfechos son los parroquianos de los bares, que no han podido disfrutar como hasta ahora de tomar las copas al aire libre sentándose en escaleras o desplazándose por la plaza aprovechando el buen tiempo reinante en las noches santanderinas.
Retirada de repisas
La Policía también ha retomado la visita a los bares (que inició el año pasado) para recordar a sus propietarios que no pueden instalar en las fachadas de los establecimientos repisas para dejar los vasos, ni bancos, toneles, mesas o artilugios de todo tipo que facilitan a los clientes salir a la calle y depositar vasos, platos, pinchos, servilleteros, etc.
Algunos bares ya han retirado estos artilugios de sus fachadas, pero en otros se mantienen.
Los vecinos de la zona se han mostrado este fin de semana encantados con la medida que parece que servirá para que se cumplan las leyes contra el alcohol y las ordenanzas municipales.
Los vecinos han acusado al Ayuntamiento ante los tribunales de que no hace nada para hacer cumplir ni la ley regional de drogodependencias, ni la normativa municipal contra ruidos, ni la Ordenanza sobre la Protección de la Convivencia (aprobada en marzo pasado) y que impide beber, orinar, escupir y gritar y ensuciar la calle.
En marzo de 2008 los tribunales obligaron al Ayuntamiento mediante sentencia firme a que impidiera beber en la calle aplicando las leyes; en julio requirieron al alcalde para que hiciera cumplir la sentencia y, el 8 de agosto de 2008, la asociación de Vecinos de Pombo-Cañadío-Ensanche presentaron querella contra el alcalde por desobediencia al juez y su sentencia.
En la zona que va entre el Río de la Pila y la calle Barcelona, y que incluye Cañadío, Santa Lucía, Peña Herbosa, Hernán Cortés, General Mola, Daoíz y Velarde, Gómez Oreña, Moctezuma, Gándara, Arrabal, Medio, Bailén, Sanz de Sautuola, San Simón, Valliciergo, López Dóriga, Carmen y Menéndez Pelayo, entre otras, hay nada menos que 228 bares y pubs.
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