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MERCEDES RODRÍGUEZ
Miércoles, 1 de octubre 2008, 11:08
Después de 41 años en TVE, Sebastián Álvaro, alma mater y director de 'Al filo de lo imposible', deja la cadena pública para engrosar la lista de prejubilados. Se va él y, según mantiene, se va el programa que impulsó, puntal de la televisión de servicio público, un espacio mítico de veinticinco años de trayectoria ampliamente premiado, que defendía unos valores por los que perdieron la vida varios alpinistas. Álvaro señala que la prejubilaciones «son un despido obligado» y que él no se quedará de manos cruzadas. Seguirá poniendo en marcha nuevos documentales de aventura y naturaleza.
-Se va, pero seguirá haciendo nuevos documentales ¿No es incompatible con las prejubilaciones de RTVE?
-En teoría tenemos incompatibilidades, pero a mí me parece que eso es inconstitucional. Por qué una gente a la que despiden de un trabajo, aunque sea un despido pactado, no le van a dejar trabajar. De hecho, todo el mundo que se ha ido de aquí está trabajando en otros sitios. Mi vida va a seguir ligada a la aventura y el documental porque yo puedo decidir qué hacer con mi vida. Hasta el 31 de diciembre pertenezco a TVE, pero después soy libre para ir donde quiera, y me quieren en muchos sitios Mi trabajo ha sido una forma de entender la vida.
-¿Los nuevos tiempos en TVE no entienden esa forma de vida?
-Es una buena pregunta para hacérsela a la persona adecuada.
La televisión en la que yo creí, la que entiendo como ciudadano que debe ser una televisión pública, es algo muy diferente a lo que tenemos ahora. La televisión pública se debe diferenciar de la privada, y si no sobra.
-¿Qué programas ve que no se adapten a una televisión pública?
-Toda la programación. Yo creo que TVE era una cadena pública cuando se emitían dos obras de teatro y hacíamos seis series documentales al año, que competían con las primeras series de producción nacional de la BBC. Televisión pública es lo que hace la ZDF alemana, o la BBC. Eso se acerca a lo que he luchado por hacer durante 41 años en TVE. Hay poca gente en España que tenga la solvencia moral para decir lo que me ha costado hacer televisión pública en España: esfuerzo, sacrificio y unos cuantos amigos que se han quedado por el camino. He dado lo mejor de mi vida por eso y, como sigo creyendo en eso, es lo que voy a seguir haciendo.
Además, desde el punto de vista táctico es la televisión del futuro porque el documental cinematográfico de calidad no pasa de moda. Y nuestros documentales seguirán emitiéndose durante muchos años sin que pierdan actualidad.
-Sobre el papel, las prejubilaciones son voluntarias ¿No podría haber seguido en activo en TVE?
-El ERE es un despido, yo lo he vivido así, y como yo mucha gente de la empresa. No es la primera regulación que se produce y la anterior directora de personal ya dijo claramente que esta regulación es un despido pactado, que ha llevado a recudir la plantilla de RTVE al 50 por ciento en pocos años, de los 13.000 empleados que éramos a unos seis mil que somos ahora.
-Prejubilaciones que están costando caras al Estado.
-La mejor o peor crítica a estas prejubilaciones se verá en pocos años cuando se eche de verdad la cuenta de lo que han costado en términos económicos y personales. Que se nos diga qué ha pasado con los despedidos, qué problemas de depresiones han sufrido, cuánta fuerza laboral interesante se ha perdido, y cuántas empresas tienen la capacidad de desprenderse de su mayor capital que es el talento y el trabajo. Además, se ha producido una especie de pacto de silencio entre sindicatos y Gobierno para acallar lo que es un clamor, que España, la octava potencia del mundo, se ha quedado sin televisión pública.
-Se va usted, pero también se va 'Al filo '
-Los proyectos los hace la gente. 'Al filo de lo imposible' ha sido un equipo liderado por mí durante mucho tiempo. Cuando se mataron Rodríguez de la Fuente y su compañero fuimos incapaces en seguir adelante con 'El hombre y la tierra'. Hacer 'Al filo..' ha costado treinta años con cargos que apoyaron el programa, desde Pilar Miró a Pio Cabanillas, gente que creía que la televisión pública era un modelo de cultura y de educación fundamental en nuestro país. Y ese es el modelo con el que se termina. 'Al filo' es el último de Filipinas, y su marcha quiere decir que ya no interesa la televisión pública. 'Una nueva vida comienza, porque en la vida de los hombres siempre hay Anapurnas'. Así me lo he tomado yo.
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