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AGENCIAS
Martes, 2 de diciembre 2008, 01:09
La XIV Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático arrancó ayer en Poznan (Polonia) con la asistencia de 192 países que debatirán el futuro del planeta, entre el pesimismo de la crisis financiera y la esperanza de que Barack Obama involucre a Estados Unidos en la lucha contra el calentamiento global.
«Los científicos comparten la visión de que un aumento de temperatura superior a dos grados tendrá consecuencias irreversibles en prácticamente todos los ecosistemas», señaló el primer ministro polaco, Donald Tusk, en la inauguración del evento.
La conferencia es un paso previo a las negociaciones que deben concluir el próximo año en Copenhague con un nuevo acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto a partir de 2012.
El presidente de la conferencia y ministro de Medio Ambiente, Maciej Nowicki, recordó las consecuencias a las que se enfrenta la humanidad si no frena los actuales índices de contaminación.
«Grandes sequías e inundaciones, ciclones que incrementarán su poder destructivo, epidemias, un dramático descenso de la biodiversidad, conflictos sociales e incluso armados, migraciones a escala impredecible», alertó. La lista de calamidades que enumeró el ministro polaco deben de ser suficientes para que los participantes en Poznan superen el obstáculo que supone la crisis financiera internacional y lleguen a un acuerdo que permita rebasar el Protocolo de Kioto.
Problemas
La actual coyuntura económica aparece como el gran impedimento para este ansiado compromiso, ya que amenaza con reducir los recursos destinados a la lucha por salvar el planeta. Según puntualizó el secretario ejecutivo, Yvo de Boer, es importante que los gobiernos estudien cómo lograr que las medidas contra el calentamiento global lleguen a autofinanciarse y conecten estas políticas con la recuperación de sus economías.
Lo cierto es que el contexto de crisis financiera mundial pesa y se deja notar incluso en la Unión Europea (UE), que intenta liderar la batalla contra el calentamiento del planeta. Para ello tendrá que superar la oposición de algunos miembros, como Polonia, que piden rebajar las medidas ambientales escudándose en la mala situación económica.
Mientras, desde la ONU se lanza el mensaje de que la crisis será aún mayor si la actual situación económica se convierte en una excusa y no se toman urgentemente decisiones efectivas contra el calentamiento global.
Frente a este oscuro panorama, la reciente victoria de Obama abre esperanzas de que EE UU se ponga el mono de trabajo y arrime el hombro en la colosal tarea de salvar al planeta, sobre todo teniendo en cuenta que Washington aún no ha ratificado el Protocolo de Kioto. Aunque Obama no asistirá a esta cita, donde la delegación seguirá siendo de la administración Bush, se espera que participen varios congresistas liderados por el demócrata John Kerry, que representarán al presidente electo.
Un giro en la postura de EE UU será determinante para lograr la implicación de las potencias emergentes -China, la India, Brasil, Sudáfrica y México- que contaminan tanto como las industrializadas, y cuya participación es imprescindible para definir en Poznan la hoja de ruta que conduzca al mundo a un Protocolo post-Kioto.
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