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Las motos de mayor cilindrada se verán más castigadas por el nuevo impuesto. / SERGIO BARRENECHEA
CANTABRIA

Malestar en el sector por el nuevo impuesto que grava a las motos

La tributación, por emisiones de CO2, se aplicará desde el 1 de enero La subida de precios incidirá negativamente en un negocio ya de por sí muy afectado por la crisis

JOSÉ LUIS PÉREZ

Lunes, 29 de diciembre 2008, 08:25

Los concesionarios de motos en Cantabria afrontan un final de ejercicio 2008 más «acelerado» que nunca: el cambio de tributación aprobado por el Congreso de los Diputados el pasado día 18 afectará notablemente a las ventas tanto en los últimos días de este mes de diciembre como a lo largo de 2009. Apenas un año ha durado para el sector de las dos ruedas la nueva tributación que se estableció el 1 de enero de 2008 por el que todo vehículo pagaría o quedaría exento del impuesto de matriculación en función de las emisiones de CO2 por kilómetro. El límite se estableció en los 120 gramos por kilómetros, pero ahora, cuando las mayoría de las motos estaban exentas de tributar, se rebaja específicamente este límite para los vehículos de dos ruedas creando un agravio comparativo con los de cuatro ruedas.

«Si ya estábamos atravesando un momento complicado por la crisis económica, ahora a este Gobierno no se le ocurre otra cosa que castigar con un nuevo impuesto a las motos. Esto va a ser la ruina, hasta el punto que a muchos concesionarios no les va a quedar otro remedio que cerrar», señala al respecto un concesionario de motos en Cantabria.

A modo de ejemplo, una moto de 600 cc que ahora cuesta entorno a 6.200 euros, pasará a costar a partir del 1 de enero de 2009 más de 7.100 euros si se encuentra en el tramo del 14,75%. Esta circunstancia obligará a la mayoría de concesionarios a matricular muchas motos que tienen en stock, con el consiguiente desembolso y riego que ello representa.

Consecuencias

La Asociación Nacional de Empresas del Sector de las Dos Ruedas (Anesdor) calcula en un 45% la caída del mercado en 2009 con la entrada en vigor del nuevo Impuesto de Matriculación para las motos aprobado en el Congreso en función de sus emisiones de CO2 (dióxido de carbono) y su potencia.

El nuevo impuesto llega en un momento de fuerte crisis en el sector de las dos ruedas debido al deterioro del consumo y a la desaceleración económica, que acumula en lo que va de año una caída de las ventas de más del 25%, una tasa que ha seguido aumentado en las últimas semanas del año.

El cambio impositivo aprobado en el Congreso establece para la motocicletas un baremo especial con una tributación mayor por sus emisiones de CO2, en comparación con el resto de vehículos, que tendrá, en opinión de Anesdor, «consecuencias nefastas» para un sector que da empleo a más de 25.000 personas y en el que ya se está destruyendo empleo.

Explica Anesdor que el pasado 14 de agosto el Consejo de Ministros remitió para su aprobación a las Cortes el proyecto de ley que en su artículo 8 modifica la disposición adicional octava de la Ley de 15 de noviembre, de Calidad del Aire y Protección de la Atmósfera.

Esta ley supeditó, en su día, los tipos impositivos de los vehículos movidos por motor, en el momento de la matriculación, a las emisiones de CO2, modificando así la ley de impuestos especiales Ley 38/1992, de 28 de diciembre.

Con esta ley, la mayoría de los vehículos de dos ruedas quedaba exento del Impuesto de Matriculación al estar por debajo de los 120 gramos de CO2 por kilómetro establecidos como listón para ser exento del mencionado impuesto.

Baremo especial

La nueva Ley aprobada el 18 de diciembre crea un baremo especial para las motocicletas con una tributación mayor por sus emisiones de CO2, en comparación a la que pagan el resto de vehículos, de forma que los nuevos impuestos gravarán con el 4,75% las emisiones entre 80 y 100 gramos, con el 9,75% las situadas entre 100 y 120 gramos, y el 14,75% las de más de 120 gramos, además de las motocicletas que superan los 100 caballos de potencia.

Los concesionarios de motos de Cantabria consideran ilógica una medida que agudiza la crisis que vive el sector y que provoca una situación que califica de insostenible y tendrá graves consecuencias sobre el mantenimiento de la producción de las plantas españolas y sobre las inversiones de futuro del sector.

La medida no afecta sólo a las fábricas sino también a las redes de distribución e industria auxiliar y pequeñas empresas que componen un sector que ocupa indirectamente a más de 25.000 personas, sobre el cual la crisis ya está empezando a provocar la destrucción de empleo.

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