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El poeta Pablo González de Langarika, artífice de 'Zurgai', participará en la velada. / MAITE BARTOLOMÉ
PABLO GONZÁLEZ DE LANGARIKA POETA Y EDITOR DE 'ZURGAI'

«En la poesía, que no pasa por su mejor momento, hay demasiado sectarismo»

La Fundación Gerardo Diego rinde homenaje el jueves en Santander a la revista 'Zurgai', en su 30 aniversario, tras publicar un número con voces de Cantabria

GUILLERMO BALBONA

Lunes, 2 de febrero 2009, 02:58

La Fundación Gerardo Diego abre el próximo jueves en Santander su programa de actos 2009 con un homenaje a la histórica revista bilbaína 'Zurgai', que cumple su treinta aniversario. Tras una trayectoria ejemplar e intensa, la publicación, que tuvo su origen en la Sociedad literaria Aralar y en el grupo Poetas por su Pueblo, ha sabido ser una referencia permanente en el voluble y, muchas veces, convulso universo poético. Profusa en números monográficos -con una frontera inicial marcada por su dedicatoria a Blas de Otero, hace ya más de veinte años-; abierta a testimonios de otras comunidades; reflejo de colectivos y movimientos; tribuna para voces diversas también de otras culturas y países, 'Zurgai' centrará la velada de la décima edición de la Tertulia de Equis y Zeda, que el Centro de Documentación de la Poesía Española celebra esta semana en la capital cántabra. Su director y editor, Pablo González de Langarika, refiere aquí los ejes de una revista que dedicó recientemente un número especial a las 'Voces del Norte', con parada en Cantabria. El también poeta participará el jueves en la jornada organizada por la Fundación santanderina, junto con Jorge González Aranguren, José Fernández de la Sota y Amalia Iglesias, en un encuentro con poetas cántabros.

-A modo casi de receta, ¿cuáles son las señas de identidad de 'Zurgai'?

-Exigencia, dignidad, pluralidad y aunque pudiera muy bien no parecerlo, tolerancia.

-Cualquier publicación debe de hacer encaje de bolillos para sobrevivir. Así que parece una tarea de héroes lo de cumplir 30 años, ¿cuál es el secreto?

-El mantenimiento estricto de las señas de identidad referenciadas, la vocación, el trabajo con mayúsculas e, inevitablemente, la ayuda institucional que permita el desarrollo de todo esto.

-¿Qué aporta realmente una revista como la que dirige?

-'Zurgai' intenta difundir la poesía, proyectando -en lo que su estructura le permite-, la poesía y los poetas de calidad que florecen en su entorno, emparejando a estos con otros de reconocido prestigio de la escena nacional e internacional, facilitando la consecuente carga de conocimiento e interrelación que esto conlleva.

-El número dedicado a Blas de Otero marcó un antes y un después pero, ¿qué otros momentos y factores han sido determinantes en la trayectoria de 'Zurgai'?

-He estado siempre tan pegado al terreno, al núcleo de la publicación, tan entregado en su confección, que no sé si mi mirada es o puede ser objetiva en esta respuesta. Pero alguno se puede resaltar Primero, aunque no sea muy correcto decirlo, mi liderazgo, primero del grupo y poco más tarde de la revista; segundo, el número anterior al de Blas de Otero, el dedicado a Ángela Figuera; y, en tercer lugar, el encuentro con Tomás Uribetxebarria, Diputado de Cultura, que resultó ser su gran benefactor implicándose en su desarrollo más allá de las competencias de su cargo y demostrando siempre un respeto exquisito hacia ella y hacia quien la dirigía.

- Teniendo en cuenta los orígenes de 'Zurgai', ¿diría que la revista se ha institucionalizado y ha perdido el contacto con la calle?

-No creo que se haya institucionalizado en absoluto. Jamás se nos ha indicado el camino a recorrer ni hemos sufrido el más mínimo brote de intervencionismo por parte del departamento de Cultura de nuestra Diputación Foral, que es quien acostumbra a concedernos apoyo material. Pero quizás sí se ha perdido un tanto ese contacto con la calle a medida que la revista ha ido ganando en calidad y altura de miras y de que aquellos jóvenes que la iniciaron se fueron haciendo mayores y desapareciendo de escena en muchos casos.

-Camino del 30 aniversario publicaron un número que incluye la dedicatora a Cantabria. ¿hay muchas carencias de conocimiento e intercambio poético entre comunidades?

-Sí. Precisamente es una de las causas de este número, el de intentar subsanarlas siendo, sobre todo, tan cercanas. Recordar que no es el primer número en esa dirección. 'Zurgai' ha dedicado monográficos a Andalucía, Galicia, Extremadura y Canarias y no siempre ha recibido la respuesta que su empeño, creemos, merecía.

-¿Qué le sugiere el nombre de Gerardo Diego?

-Vocación, calidad... Poesía en estado puro.

-En paralelo a la madurez de la revista, ¿qué análisis hace de la evolución poética en españa?

-No creo que la poesía nacional pase por su mejor momento. Demasiado sectarismo, demasiada vanidad, exceso de afán grupal y acumulación de divos y trapicheos de cocina. Menos mal que, como siempre, dentro de esa baraúnda se dan algunos que otros buenos poetas con alto grado de exigencia e incluso de sencillez, de humildad.

-En ocasiones, no sin razón, se considera que el cosmos de la poesía es muy cainita y que el empeño en etiquetar ha causado estragos. ¿Qué opina?

-Creo que esta cuestión ya está esbozada en la respuesta anterior. Apuntar, no obstante, que acostumbramos a culpar de ello a los filólogos, a algunos de ellos. Realmente no creo que sean los únicos responsables de tanto cainismo. Desgraciadamente este parece estar implícito en la condición humana

-¿Qué disección hace del presente poético?

-La de siempre: los buenos y los malos. Los auténticos y los que no lo son. Y los esclavos de su propia vanidad.

-¿Ve imposible crear y, al tiempo, conducir el destino de 'Zurgai'?

-No, mas bien todo lo contrario.

-Uno se asoma al mundo y da la sensación de que leer un poema se ha convertido en un acto de resistencia...

-A veces lo parece. Prefiero pensar que es una suerte de inteligencia. Aunque también depende mucho del poema.

-¿Cuál cree que es el papel del poeta en la sociedad de hoy?

-El de clarificar el horizonte es un muy buen papel en un tiempo de confusión y sombras como el que hemos tenido, tenemos y sigue viniéndonos encima.

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