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N. BOLADO
Jueves, 5 de febrero 2009, 08:38
Un perro, cruce de fox terrier con un 'sin raza', carente de control sanitario alguno, tiene en jaque, desde hace varios meses, a los vecinos de Sierrapando que viven en el entorno de los centros comerciales de Los Ochos, por las mordeduras y ataques de este animal que vigila una finca situada en esta misma zona donde está acampada una caravana. En el último mes está volviendo, materialmente, locos a los servicios municipales de recogida de perros, y a los veterinarios, ya que no han logrado lacear al perro que, como si fuera invencible, consigue engañar a sus perseguidores, incluso, demostrando que a él no le hacen efecto tan fácilmente los anestésicos. Los mismos laceros reconocían ayer a este periódico que no habían tratado un caso como este.
Vecinos 'armados'
El hecho es que los vecinos de todas las edades han terminado por salir de sus casas con un paraguas o un palo, para librarse de los ataques del animal que, en cuanto detecta que alguien se acerca a la finca de sus dueños (que viven en una pequeña edificación y en una caravana), ni siquiera avisa, ladrando, del peligro. Sencillamente, les muerde.
Entre las 'víctimas' del perro está una vecina de Sierrapando, Geni Urcelay, quien el pasado martes, cuando pasaba por la calleja que discurre junto a la finca, sin que mediara ni un ladrido, vio cómo en animal se abalanzaba sobre su pierna derecha, haciendo presa de tal manera que sólo se pudo librar del él cuando unos vecinos, al oír sus gritos, acudieron a ayudarla. El perro emprendió nuevamente la huida y nada más se supo. Como resultado de las mordeduras, tuvo que se atendida en el centro de salud La Vega-Zapatón, donde aún le curan las heridas, y un tremendo moratón, que tardarán, al menos, dos semanas en sanar.
Cursó la pertinente denuncia en la Comisaría de Policía donde ya la han formalizado más vecinos. Tienen conocimiento de este problema los servicios municipales que, a través de los laceros, llevan un mes detrás del animal sin que hayan podido darle caza.
Además, los padres de los alumnos del colegio Pancho Cossío, situado en una zona de 'dominio' del fox terrier, han hecho llegar este problema a la dirección del centro, y a la Ampa, que, a su vez, van a cursar similar denuncia a las autoridades. Tal es el miedo que tienen, a que alguno de los escolares sea víctima del perro, que son varios los padres que van a buscar a sus hijos portando un paraguas como defensa.
Desecha cepos y engaños
El perro tiene sus 'dominios' en el entorno de las naves comerciales de Sierrapando, donde hay dos establecimientos de alimentos de cuyas sobras el perro se ha nutrido, por lo que desecha los 'cepos' con comida con los que le han tentado los especialistas del Centro Canino Besaya, empresa que tiene adjudicado el servicio de recogida de perros en el municipio. El responsable de este centro, Rubén Sánchez, reconocía ayer a este periódico que no se habían encontrado un caso como el de este perro, a pesar de su larga experiencia, no dudando en definirle como «listo», calificativo también usado por el veterinario municipal, además de usar otros epítetos. Explicó que, desde hace un mes, están persiguiendo, casi a diario, al animal y que ya han desechado intentar lacearlo porque -reconocen- la habilidad del perro, su velocidad y sus 'trucos', les superan. El perro 'desaparece' por periodos de hasta un mes, seguramente cuando sus dueños detectan que están detrás de él. Cuando los laceadores, que peinan casi a diario la zona, ya pierden la esperanza de volver a verle, así como ocurría con el perro de los Baskerville (novela de Sherlock Holmes), reaparece atacando a otra persona.
Inmune a los anestésicos
Cambiaron, pues, el sistema y hace unas semanas salieron a su búsqueda con un rifle anestésico, localizaron al perro, le dispararon, y a pesar de llevar una buena dosis de medicamento, el animal salió corriendo y no se volvió a saber nada de él, hasta que el pasado martes reapareció mordiendo a esta vecina.
Ayer mismo volvieron a localizarlo, y se produjo otra situación inusitada. Los laceros cargaron el rifle con un nuevo anestésico mucho más potente que el habitual, Dexdomitor (el mismo que se utiliza en el Parque de Cabárceno). El responsable del servicio municipal localizó ayer mismo al animal, tumbado en la finca que cuida, y le dio un certero dardazo, y aunque no se lo podían creer, el perro, lejos de amilanarse, salió corriendo y tuvo tras él a los laceros, a la carrera, hasta que le perdieron de vista a la altura de la rotonda de los rotarios, en Sierrapando.
La policía local y los servicios municipales, estuvieron ayer tratando de encontrar al animal, pensando que podía estar tirado en alguna cuneta, dormido, pero a media tarde recibieron la noticia de que, nuevamente, el perro estaba tumbado, tomando el sol, en la finca de sus dueños, cuidando su caravana. Durante la tarde de ayer se trataba, nuevamente, de dar caza al animal usando el mismo anestésico pero aún en mayores proporciones.
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