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Nando el Asturiano con su acordeón y el bombo de 170 años de antigüedad. /JAVIER ROSENDO
«Hubo una época en que parecía que se iba a perder la música tradicional»
NANDO EL ASTURIANO ACORDEONISTA, GAITERO, PITERO Y PERCUSIONISTA

«Hubo una época en que parecía que se iba a perder la música tradicional»

El polifacético multinstrumentista actuó durante varios años con el Dúo Cantabria Representante del acordeonista de verbenas, sigue en activo con El Caudillo de Novales

MAXI DE LA PEÑA

Domingo, 8 de febrero 2009, 01:38

Su nieta Lydia, organista de iglesia y familiarizada con la música de Bach y Haendel, echa un piropo a su entrañable abuelo: «Es incombustible». Fernando González Díaz puede estar cuidando unas ovejas, pasear por el pueblo, y tocar el fin de semana con su colega de 87 años, El Caudillo de Novales. Nació en Riosa hace 73 años, pueblo minero de Asturias que en estos últimos años es conocido por el puerto del Angliru, la más dura ascensión de la Vuelta Ciclista a España. Y a los 8 años se instaló con su familia en Terán de Cabuérniga. Por eso todos le empezaron a llamar Nando el Asturiano y con ese nombre artístico se quedó mientras compaginaba su vocación con otras profesiones como la de conductor de camiones. Su bar 'Costa Verde' de Barreda fue un santuario de muchos músicos del folclore regional. Es un multinstrumentista que toca el acordeón, la batería (instrumentos característicos de las orquestas de verbenas), el requinto y, por supuesto, la gaita. Tocó muchos años con el Dúo Cantabria y siempre ha estado embarcado en proyectos musicales. Ahora dirige el coro Brisas del Saja. ¿Quién dijo jubilación?

-Cómo le quieren, Nando.

-Me siento muy afortunado, que le voy a decir.

-¿Por qué decidió su familia trasladarse a Terán de Cabuérniga?

-Mi padre era de Rozadío pero se fue a vivir a Asturias y allí se casó en el pueblo de Riosa. Fuimos ocho hermanos y él tuvo que dejar la mina a los 44 años porque ese trabajo es criminal. La silicosis mataba a muchísimos trabajadores y en mi familia fallecieron un tío y varios primos, uno con tan sólo 22 años. Mi padre decidió comprar una casa con finca para la labranza y la encontró en Terán. En los primeros años pasamos apuros económicos, pero todos ayudábamos en el campo. Yo repartía también el pan con un carro tirado por un caballo en los barrios de Torres, Ganzo, Dualez y Riaño de Torrelavega.

-Allí en Torrelavega fue taxista.

-Estuve cuatro años en el gremio del taxi, pero ganaba unas dos mil pesetas al mes. Decidí probar suerte en la automoción y me fue mejor, primero como camionero y luego como conductor de autobuses.

-Ya de joven le gustaba la música y empezó a probar diferentes instrumentos de oído.

-Todo lo que que aprendí fue de oído. Entonces no había escuelas de folclore. Empecé con la Orquesta Los Asturianos, que únicamente éramos mi hermano Antonio, a la batería, y yo con el acordeón. No vea la marcha que teníamos. Recuerdo que dejamos impresionados en las fiestas de San Pedro de Valle de Cabuérniga a la Orquesta Los Blancos, que venían de Santander con más instrumentos.

-Ha sido acordeonista de verbenas, una figura que ha desaparecido.

-En mis años mozos había muchas. Conocí la Orquesta La Clave, que era de Cabanzón, y Los Jordes de Camijanes. Eran agrupaciones de dos miembros, con acordeón y batería, y que tocaban pasodobles, rumbas, tangos y jotas montañesas. A veces se sumaba un saxo como en la orquesta de El Ciego de Sierrapando. Mi hermano y yo mamamos todo aquello y tocábamos en romerías, verbenas y bodas. He conocido al mejor acordeonista, Pepe Luis, el de Los Corrales, y admiro a José Ángel Velasco, un hombre orquesta que toca de todo. Él sí que vive de la música. Mi hijo Nandín toca desde hace 15 años en romerías con un teclado de esos modernos, pero no canta como el padre.

-Usted tocaba también la batería y tiene una que es de coleccionista.

-Me encantaba tocar la batería.Se me daba bien llevar el compás y el ritmo y siempre lo hacía con la medida justa. Esa batería a la que se refiere aún la conservo en mi casa. La compré en 1948 en Soña, que pertenece a Polanco, y la auténtica reliquia está en el bombo, con 170 años de antigüedad.

-No comparte la denominación de gaita cántabra.

-Nunca existió la gaita cántabra. Ahora hay cantidad de gaiteros y me parece muy bien que se introduzca. La gente mayor que yo y libros que leído catalogan como autóctonas las gaitas asturiana, gallega, zamorana, aragonesa y mallorquina. Es normal que en zonas limítrofes con Asturias como Liébana o el Nansa haya habido gaiteros. Yo he conocido a Manolo Cuevas, Santiago Miguel o Ángel de Camijane. Conozco a Roberto Diego, que es un gran profesional, y le he comentado que nunca he conocido la gaita cántabra. Pero no pasa nada, porque en los últimos quince años existe una buena cantera de gaiteros en Cantabria que aprenden en las escuelas de folclore, pero que sepan que tocan la gaita asturiana y la gallega.

-Tocó la gaita durante varios años con el Dúo Cantabria.

-Me habla de los mejores recuerdos de mi vida. Junto a Benito Díaz y Ernesto Perales, estaban las pandereteras de Reinosa, Beatriz y Begoña, y Masio, el de la Hayuuela. Allí entré yo y le digo que no he conocido nada igual. Todo lo que han cantado perdurará en el tiempo. Costará que nazca otro Benito Díaz, que para mí es como El Presi en Asturias. Si no es por Benito y cuatro más como yo se pierde el folclore. Hubo una época en que estaba olvidada la música tradicional.

-Usted será incombustible, ¿pero qué me dice del Caudillo de Novales, su compañero de fatigas?

-Este es un fenómeno. Va a cumplir 88 años y tiene una salud de hierro. Es una máquina tocando el tambor, y después de las actuaciones no se priva de sus cuatro blancos y de sus cigarros. Me lleva 14 años y hacemos 25 galas al año en los pueblos de Alfoz de Lloredo.

-¿Hacen pareja de piteros?

-Toco el requinto cada vez menos por la dentadura postiza de los dientes de arriba. Así que también hago sonar la gaita y el acordeón.

-Dicen que no es donde se nace sino donde se pace.

-Me siento tan cántabro como el que más, pero es normal que tire también Asturias.

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