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E. L.
Miércoles, 25 de febrero 2009, 01:26
Un vecino de Lazkao, cuya vivienda se vio afectada el lunes por la bomba contra la sede del PSE en ese pueblo guipuzcoano, decidió ayer que la máxima del ojo por ojo era la adecuada. Antes de consumar su venganza, dijo: «Vosotros me habéis jodido mi casa, yo os voy a joder la vuestra».
Provisto de una maza, entró al mediodía en la 'herriko taberna', centro de reunión de la izquierda 'abertzale' de la localidad, y la emprendió a golpes. Rompió todos los cristales de la puerta y las ventanas, accedió a su interior, hizo añicos una máquina expendedora de cervezas, el aparato de televisión y una vidriera. Arrancó, además, los carteles del local, entre los que se encontraban varios de la anulada lista electoral de D3M. Fue detenido finalmente por la Ertzaintza y puesto en libertad pocas horas después. El alcalde, el nacionalista Patxi Albisu, dijo «comprender» la reacción de su vecino, pero no compartió «los medios» empleados.
El hombre había participado minutos antes en una concentración silenciosa de protesta frente al ayuntamiento, que congregó al candidato del PSE, Patxi López, al líder del PNV, Iñigo Urkullu, a la portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, y al consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, y representantes del PP, UPyD, Eusko Alkartasuna y Ezker Batua.
La violencia, no obstante, siguió. Un grupo de varios desconocidos atacó de madrugada un 'batzoki' (sede) del PNV en Vitoria. Arrojaron un artefacto de fabricación casera con líquido inflamable contra la fachada del local, pero no hizo falta que la Ertzaintza extinguiera el fuego porque las llamas provocadas se apagaron enseguida y tan sólo ennegrecieron la fachada.
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