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D. B.
Jueves, 26 de febrero 2009, 01:30
Todo quedó en un susto sin más para la tripulación y los 44 pasajeros del CRJ-200 de Air Nostrum cuando, durante un tiempo que pareció interminable, se le pararon los dos motores cuando volaba a 8.000 pies (unos 3.000 metros de altura aproximadamente) y procedía a la aproximación al radio-faro que marca la senda de aterrizaje del aeropuerto de Santander.
El avión, que procedía del aerodromo madrileño de Barajas, solicitó a las 18.40 horas del martes a la torre de control de Parayas un aterrizaje de emergencia.
El piloto hizo la pertinente llamada de auxilio, «maday maday mayday», porque, según dijo por radio, «tenía un fallo en los dos motores». El piloto solicitó prioridad absoluta para la aproximación al aeropuerto y aterrizaje, por delante de una avioneta de una escuela de vuelo que le precedía en la aproximación al pasillo de entrada.
De inmediato en Parayas se activó el operativo de emergencia. Los bomberos acudieron a pie de pista. Se avisó al 112. Pero no hizo falta la actuación de los servicios de emergencia. El avión resolvió su problema, los dos motores volvieron a funcionar y pudo aterrizar por la pista sin ningún problema.
El piloto pidió que se guardasen las cintas ya que se investigará lo ocurrido. La aeronave se encontraba ayer en un aparcamiento de la plataforma a la espera de la llegada de los técnicos de Air Nostrum para investigar lo ocurrido. Anoche, la aeronave continuaba estacionada en Parayas y los cuarenta y cuatro pasajeros que llevaba a bordo felices de poder contarlo.
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