Borrar
José María Trueba posa ante la draga. / DANIEL PEDRIZA
«La 'Loreto' merece más el dique de Gamazo que la 'Extremadura'»
JOSÉ MARÍA BEDIA TRUEBA CAPITÁN DE LA DRAGA

«La 'Loreto' merece más el dique de Gamazo que la 'Extremadura'»

El gánguil fue construido en los astilleros Matagorda de Cádiz para la Junta del Puerto y trabajó en el dragado de la bahía casi medio siglo

DONATA BUSTAMANTE

Viernes, 6 de marzo 2009, 09:56

A José María Bedia Trueba (Pedreña, 1929), hijo de Tomás y de Antonia, se le hizo un nudo en el corazón cuando leyó en EL DIARIO MONTAÑÉS que la Fundación Extremadura pedía al Puerto el Dique de Gamazo para instalar allí la fragata 'Extremadura'. Justo en el lugar donde, desde 1993, habita la draga 'Loreto', que es la niña de sus ojos. Fue su único capitán durante los 25 años que estuvo activa.

-¿Ese amor loco a una draga que aparentemente se cae a pedazos de dónde surge?

-Es que es mucho lo que le debemos los santanderinos. Hizo el dragado completo de la bahía, extrajo mucha roca frente a la Comandancia Naval para posibilitar el calado de los muelles y la construcción inicial de Raos. Intervino también en los rellenos del aeropuerto de Parayas o el acceso a la ría de Astillero. Creo que tiene más merecido ese emplazamiento del Dique de Gamazo, como todo un símbolo histórico del desarrollo del puerto, que un buque de guerra. Esa es, al menos, mi modesta opinión

-¿De dónde vino la 'Loreto'?

-De los astilleros Matagorda, de Cádiz. Yo pasé allí cuatro meses siguiendo su construcción y pruebas. Unos técnicos holandeses me explicaron su funcionamiento. Era toda una obra de ingeniería. Llegó en el verano de 1968.

-Para usted la draga era poco menos que su casa...

-Tenía mi despacho y camarote. Me costaba saltar a tierra. Le cogí mucho cariño. A bordo eramos doce personas, uno de los marineros era el encargado de la cocina y comíamos muy sabroso. Bueno, en todos los barcos en los que estuve enrolado se almorzaba y cenaba requetebién. Los cocineros eran vascos..., guisan de miedo.

-Había que moverla con un remolcador a diferencia de los gánguiles actuales que navegan solos...

-Sí. Era una draga fija. Venía con una tecnología desconocida hasta entonces aquí. El capitán de la 'Osa' (otra draga), que era mayor que yo, se negó a manejarla. Fue entonces cuando el director de la Junta del Puerto, Jesús González, me preguntó si yo estaba dispuesto a hacerme cargo de ella, porque nadie quería ponerla en marcha. Acepté y me dieron los planos de dragado. A mí siempre me encantaron las matemáticas y eso era importante para resolver maniobras complicadas, a lo que se unió la experiencia adquirida de chico en los atraques y desatraques con las lanchas.

-¿Le dieron los planos con los calados que se requerían y ya?

-Sí. Yo no permitía muchas interferencias en mi labor. La posición de la draga se hacía por ángulos horizontales, no había entonces GPS. Recuerdo que cuando construían los nuevos muelles de Maliaño, necesitaban varios buzos para dejar el lecho liso para poder hacer la cimentación. Yo me comprometí con Dragados a dejárselo como la pista de un aeropuerto en sólo dos tardes de sábado y así fue. Luego me llamó el directivo de Dragados, Félix Ducasse felicitándome: «José María, cuánto dinero nos has ahorrado, porque ahora sí vamos a poder entregar la obra en plazo y no dentro de cuatro meses».

-¿Qué llevaba la 'Loreto' para succionar?

-Seis cables al mar de 40, 35 y 32 milímetros de diámetro. Luego venían los gánguiles y cargaban el fango que habíamos extraído a través de unas tolvas.

-¿Qué era lo difícil?

-Manejar los mandos del dragado desde el puente. Yo enseñé a uno de Suances, Fernando González Martín, al que le di clases.

-¿Quién dragaba El Puntal y la zona exterior de la bahía?

-La 'Virgen de la Peña'.

-¿Usted navegó con radar?

-Yo, con el compás y el sextante. Llegue a alcanzar la sonda eléctrica, pero costó mucho que los armadores entraran por el radar, que era el ojo del barco. Hoy navegar es otra historia, como otra historia fue hacerlo en tiempos de Colón que no tenían forma de saber la longitud. O sea, no sabían cuanto habían navegado.

-¿Cómo se defendían cuando había niebla?

-Pues tocando constantemente la sirena y aflojando la marcha. Pero, yo, gracias a Dios, no tuve ni un percance en los 14 años que anduve por los mares del mundo. Además nací para trabajar y la mar siempre me gustó.

-¿Cuándo dejó la 'Loreto' atrás?

-La Junta del Puerto acordó por unanimidad nombrarme jefe del Negociado de Dragado y Material Flotante. Desde el 1 de enero de 1978 tuve que irme a una oficina pero no abandoné la 'Loreto'. Seguí dirigiéndola siempre.

-Pero ¿usted se jubiló?

-Nos jubilamos casi al mismo tiempo, a finales del 92. La draga se merece el sitio por la labor que hizo para beneficio de la ciudad de Santander.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes «La 'Loreto' merece más el dique de Gamazo que la 'Extremadura'»