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Dos de sus vacas, muertas esta semana, a la espera de que el camión de la Consejería las recoja. / D. P.
SANTA MARÍA DE CAYÓN

La lengua azul se ceba con las vacas de un ganadero de Lloreda de Cayón

Cifra en «más de 70» las muertes, aunque las indemnizables serán sólo 17

MARIÑA ÁLVAREZ

Sábado, 21 de marzo 2009, 11:30

José Aureliano Ruiz Martínez ostenta el triste título de ser el ganadero de Cantabria al que más ha afectado la enfermedad de la lengua azul. Posee, al menos hasta esta semana, 180 vacas en su finca de Lloreda de Cayón, perteneciente al municipio de Santa María de Cayón, y ha perdido la cuenta de las que le han muerto desde agosto. Redondea con «unas setenta», aunque voces oficiales dejan en 17 las reses que le fallecieron por el serotipo 1 de la lengua azul y que así se le han reconocido para pagarle la indemnización que corresponde: 700 euros por cada una.

Sean 17 o sean 70, la cifra apabulla, teniendo en cuenta que «lo normal» es que las bajas por ganadero «sean de dos, tres o seis a lo sumo», según el director general de Ganadería, Luis Calderón. Ruiz Martínez, por tanto, copa buena parte de la cifra total de muertes en ganado bovino constatadas para el pago de ayudas en 2008, que ascienden a 142 en toda Cantabria.

Sin entrar a valorar el baile de cantidades -entran en juego identificaciones de reses, crotales y analíticas-, el ganadero reconoce que su estabulación sufrió las consecuencias de una mala decisión: «en agosto compré 16 vacas en León», en la época en la que aún no se vacunaban, y, desde entonces, las bajas en sus cuadras se sucedieron hasta tal punto que calcula que «la mitad están contagiadas».

Calderón explica que el primer aviso se recibió el 22 de septiembre, y que el 26 un veterinario se desplazó a sus cuadras y verificó unas cuantas muertes, «y luego siguió dando avisos, fuimos casi todas las semanas, y todo lo que se demostró que era del serotipo 1 se le pagó». En total, se le retiraron 20 vacas muertas desde septiembre y 17 se le indemnizaron. El ganadero, sin embargo, reclama el pago de 19 terneros más, que también fallecieron, pero en Ganadería señalan que carecen de la identificación obligatoria y, por tanto, no constan.

En noviembre la tendencia de muertes mejoró en su explotación y, el día 29, se le vacunaron las 166 reses mayores de tres meses que le quedaban y, el 20 de diciembre, se procedió a la revacunación de 158. Se observó, entonces, que «tras vacunar sigue teniendo el problema, porque en febrero y marzo sufrió más bajas, y eso es porque la lengua azul le entró antes de comenzar el tratamiento», razona Calderón.

El porqué de la virulencia de la lengua azul en esta ganadería de Lloreda de Cayón aún no está claro. «Es un caso especial, mandamos pruebas a varios laboratorios», señala el director general, quien también acepta como posibilidad que éste sea uno de esos casos de «reacción a la vacuna, que hemos contabilizado 6 ó 7 en toda Cantabria, aunque no tan fuertes». No hay lugar para la alarma, añade. En 2008 se han vacunado 250.000 vacas y 70.000 ovejas y cabras, «y que se registre algún incidente entra dentro de la lógica».

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