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Varios niños del colegio Quirós, en Cóbreces, cruzan la carretera ante la vigilante mirada de dos madres. / DM
¡Peligro, niños cruzando!
ALFOZ DE LLOREDO

¡Peligro, niños cruzando!

Los padres de los alumnos del colegio Quirós de Cóbreces llaman la atención sobre la inseguridad de sus hijos a la entrada y salida del centro

MARGARITA FERRANDIS

Martes, 7 de abril 2009, 10:55

Ya hace seis años, la junta vecinal de Cóbreces solicitó la instalación de un semáforo en esa zona para obligar a los vehículos a reducir la velocidad al paso tanto por el municipio como por el centro escolar, pero comoquiera que ese semáforo está ubicado a unos 400 metros de la entrada del colegio, y las señales de aviso de reducción de la velocidad por paso de escolares no son muy visibles, los vehículos pasan, en ocasiones, sin respetar las señales limitadoras obligando a los padres a ser ellos mismos los que tengan que parar la circulación para evitar el atropello de sus niños.

Esa misma carretera conforme va de Comillas en dirección a Santillana del Mar, tiene una curva con escasa visibilidad justo antes de la puerta de entrada del colegio, por lo que los vehículos tienen un margen de metros escaso para poder frenar cuando llegan al paso de cebra, lo cual entraña un enorme riesgo para los niños que sus padres no quieren que pase desapercibido. de ahí su llamada de atención a las autoridades para que, en la medida de lo posible, aporten soluciones.

El paso subterráneo

Por lo visto, hace sólo unos días se dio cuenta de tal problema al Ayuntamiento de Alfoz de Lloredo, que recordó a la APA la existencia, a la puerta de este centro, de un paso subterráneo, medida, ésta, que no parece satisfacer a la asociación.

Aseguran los padres, preocupados, que el paso «tiene una pendiente muy inclinada, carece de barandilla para que los niños se puedan sujetar y, además, está extremadamente sucio».

De la misma manera, se requirió a la Guardia Civil de Santillana del Mar que regulara el tráfico durante las horas de entrada y salida de los estudiantes del colegio, pero su presencia ha sido intermitente pues, aseguran los padres, «dijeron que no era su obligación ese cometido, aunque estarían presentes cuando pudieran atender este servicio».

Para intentar solucionar el problema, el alcalde de la localidad, Enrique Bretones, sugirió una tercera vía: recurrir a aquellas personas que por causas diversas tienen que realizar trabajos sociales, para que ayudaran a regular el tráfico a la entrada del colegio, alternativa que no parece muy factible porque que el horario de los trabajos que realizan estas personas no se ajusta a las horas de entrada y salida de los escolares.

Así las cosas, la APA sigue buscando por su cuenta soluciones para prevenir posibles accidentes, que pasarían por «colocar señales de aviso y reducción de velocidad más grandes; instalar un semáforo más cercano a la entrada de las aulas con un bacheado; reubicar el paso de cebra allí existente; acondicionar el paso subterráneo; y colocar a alguna persona que de manera fija regule la circulación a esas horas.

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