

Secciones
Servicios
Destacamos
S. Herrero
Miércoles, 29 de abril 2009, 19:51
Cerca de las diez y media de la mañana, las excavadoras comenzaron los trabajos de demolición del chiringuito de 'Mingo', terminando así con mucho tiempo de protestas, tribunales, y sobre todo, desde la perspectiva del afectado, de trabajo y de sustento.
Decenas de agentes de la Guardia Civil no abandonaron en ningún momento el lugar, a pesar de que los antidisturbios poco a poco fueron retirando su despliegue ya que durante toda la mañana el ambiente fue tranquilo.
Eso no pudo evitar que una extraña sensación de tensa calma rodeara al chiringuito de Domingo Herrero 'Mingo', situado en la playa de Ajo, durante los instantes previos en el día programado para su derribo. Aunque los trabajos de demolición no habían comenzado, parecía que se trataba de la crónica de una muerte anunciada y la lucha de 'Mingo' y sus familiares por mantener en pie su negocio llegaba a su fin sin éxito. Aún así, a primeras horas de la mañana continúaban dentro del local y sin intención de abandonarlo hasta que las palas excavadoras que decoraban el entorno, comenzasen a golpearlo con sus fuertes brazos.
Apoyo y calma tensa
Una vez fuera, el popular propietario del local ha seguido 'in situ' el derribo del que, según ha dicho, es "su medio de vida" -su trabajo y su casa-, algo que considera una "injusticia".
En el exterior del chiringuito se encontraban ya temprano numerosos curiosos y vecinos que querían apoyar a Domingo Herrero y su familia en estos duros momentos. Sin embargo, a pesar de la tranquilidad reinante, la Guardia Civil estableció un cordón de seguridad alrededor del inmueble en previsión de que puedieran sucederse posibles altercados.
El regidor municipal, José de la Hoz, se mostró "muy afectado" por este hecho. "¡Cómo voy a querer yo que se derribe un edificio de un hombre que tiene 70 años de edad y que no tiene otro medio de vida!", expresó José de la Hoz, quien dijo que "todo esto no es agradable para nadie, y menos para mi". "Y aún menos para el pobre Mingo", agregó.
Sin embargo, reconoció que sobre el bar ubicado en la playa de Ajo pesa sentencia firme de derribo desde el año 2002, sentencia que es "de obligado cumplimiento". También recordó la "gran cantidad" de apercibimientos de los juzgados al Consistorio en relación a este asunto y al retraso de la ejecución de la sentencia. "Llegados a este caso, el juez ya no admite más demoras", señaló el alcalde, al manifestar que "siete años de demora en la ejecución de una sentencia no se pueden permitir". "No hay más solución que tirar (el chiringuito)", apostilló.
Por último, aseguró que desde el Ayuntamiento han pedido a los Servicios Sociales de la Mancomunidad que busquen una solución y presten ayuda a 'Mingo' y a su familia, que "lo van a pasar mal".
Cronología
En esta ocasión, ni el apoyo de los vecinos, ni de la familia, que ha seguido entre lágrimas los trabajos de demolición, ni tampoco la pancarta colgada en el local que rezaba "Del chiringuito de Mingo no nos moverán. A tirar chalés a Marbella" han podido parar la pala excavadora, algo que sí consiguieron en dos ocasiones anteriores.
Estaba previsto que la sentencia firme del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) se ejecutara el 24 de noviembre de 2008, pero los trabajos quedaron suspendidos ante la presión de los vecinos, de los familiares, de los clientes y de los representantes de las plataformas de afectados por los derribos que allí se dieron cita.
La situación se repitió el pasado 12 de enero, cuando la pala excavadora no pudo iniciar tampoco la demolición de este local, cercano a la playa de Cuberris.
El propietario del local ha asegurado hoy que el Ayuntamiento de Bareyo no le ha dicho "ni Pamplona" sobre la posible cesión de una vivienda para él y su pareja y se pregunta "dónde va a ir con una pensión de 540 euros".
Ha asegurado que cuando concluyan las tareas de derribo se va a construir un "caseto", con unas telas y unos palos, sobre lo que, según ha recordado, son sus terrenos, ya que, ha afirmado, no se quiere ir de allí.
Por el momento, ha tenido que aceptar la oferta de dos de los vecinos de la zona, Carlos Diego y Sonia Viadero, que le han cedido "hasta que encuentre algo mejor" una autocaravana para que la ubique en las proximidades de lo que ya son las ruinas de su antigua vivienda, explica la propietaria del vehículo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El origen de la expresión 'joder la marrana' y su conexión con el vino
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.