Lorenzo Lamas protagonizará un reality show con una de sus seis hijas

Interpretar uno de los títulos señeros en los culebrones de sagas familiares hizo crecer «personal y profesionalmente» a Lorenzo Lamas, cuyo nombre siempre estará vinculado a 'Falcon Crest', una de las producciones norteamericanas con mayor repercusión en nuestro país a la que este actor le estará «eternamente» agradecido. Cuenta el hijo de Fernando Lamas que de joven «me dieron oportunidades y no siempre me di cuenta de lo importante que eran. Me voy haciendo mayor y siento lo afortunado que fui al participar en esta serie que ha sido tan significativa en mi vida», reconoce este californiano de buen ver en la presentación del lanzamiento en DVD de la primera temporada de 'Falcon Crest'.

Con aspecto de motero -es un incondicional de las Harley Davidson-, Lamas fue durante nueve años, desde 1981 a 1990, Lance Cumson, el enigmático y apuesto nieto de Angela Channing -Jane Wyman-, personaje que dio un nuevo sentido a la figura del villano que toda buena serie debe tener. «Había tantos personajes...Era un trabajo fácil porque teníamos mucho tiempo para aprendernos el guión y sólo trabajábamos 2 ó 3 días a la semana, lo que me dejaba tiempo para meterme en líos como participar en carreras de coches y casarme con demasiadas mujeres. Lance no caía muy bien, era el típico malo que todos quieren ver. Como J.R. en 'Dallas', Lacne era el personaje que todo amaban odiar. No le odiaba, pero no me gustaba el control que ejercía su abuela sobre él. Tenía tanto miedo a ser desheredado... «, rememora.

Cree que en la televisión actual tendría cabida una trama como la de 'Falcon Crest', que, junto a 'Santa Bárbara', 'Dallas' o 'Dinastía', fue uno de los seriales norteamericanos más populares en los 80. «El mundo que vivimos está lleno de historias de avaricia, violencia, enfermedad y miedo. Todos agradecemos una vía de escape. La gente va al cine para ver películas de humor, de aventuras...Es un buen momento para hacer una serie como la nuestra, de la que me gustaría hacer una película para televisión. Hace un año nos reunimos parte del reparto de 'Falcon Crest' y estábamos igual, listos para pisar el plató al día siguiente», asegura.

A sus 51 años, Lamas, que luce un moreno a 'lo Julio Iglesias', tatuajes, llamativo anillo de plata y pendiente en la oreja izquierda, no estaría dispuesto a volver a recuperar a Lance en una serie propia. Además, no se siente marcado por este personaje «porque luego hice la serie 'Renegado', un papel completamente distinto y más cercano a mi personalidad. Mi público es muy leal, me sigue en todas mis aventuras, y a mis seguidores les digo que lo mejor está por venir», expone.

Y lo que está por venir es 'La vida Lamas', un reality show que el próximo mes de junio estrenará Entertainment Channel en el que estará su hija mayor, Shyne. «En estos momentos, los realities dominan las parrillas televisivas porque son productos baratos que se rentabilizan rápidamente. Como últimamente no me ofrecen ni series ni películas, también voy a lanzar una línea de motos diseñada por mí que luego ampliaré con ropa y joyas», adelanta el hijastro de Esther Williams.

Oveja negra

Casado en cuatro ocasiones, el que fue 'el rey de las camas', eslogan que se tomó muy en serio «porque tengo seis hijos», bromea, Lamas ha dado a sus vástagos el mismo consejo que le dio a él su padre cuando le anunció que quería ser actor. «Me dijo que no pensara que él éxito me iba a llegar rápido por ser hijo de quien era y que hiciese lo que hiciese, que nunca le avergonzara. Si les animo a que estudien una carrera. Si pudiera volver atrás, estudiaría Empresariales, que era lo que quería mi progenitor porque actuar es un gran hobby del que no puedes depender para pagar tus facturas», manifiesta. El actor no entiende por qué esta serie de traiciones, mentiras y celos en la que intervino, en las últimas temporadas, Assumpta Serna, no ha sido trasladada a la gran pantalla y no tuvo en Estados Unidos el mismo éxito que en España. «Todavía me sorprende que no tenga una versión cinematográfica.