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CAMARGO

Prohibido hablar con el conductor

PPLL

Sábado, 2 de mayo 2009, 02:27

Cada día nuevo que amanece guarda en sí mismo una microhistoria. Es del todo imposible que llegada la noche, las sensaciones, emociones y acontecimientos cotidianos o insólitos a los que sobrevivimos en 24 horas no nos transformen. De ello depende nuestra capacidad para aprender a aprender: la maravillosa capacidad de adaptación que hace al ser humano más sabio cada día.

No está demostrado que esta capacidad se agote con los años, más parece al contrario: a mayor edad, mayor número de experiencias vividas, más conocimientos acumulados y mejor criterio para aplicarlos.

Envejecer, por tanto, no es cumplir años simplemente, es renunciar a la indiscutible necesidad de dejarse empapar por los acontecimientos, al placer de aprender cada día. Envejecer es aislarse del pálpito diario de la vida, negarse a ver y escuchar los cambios a nuestro alrededor. No ser, en resumen, capaz de intuir el futuro que se aproxima.

Aislarse de la vida real no es buena idea. No lo es aunque quien nos separe de los gustos y disgustos de cada jornada lo haga con la mejor intención y la más delicada de las herramientas: la ilimitada admiración y el respeto. Las consecuencias de esta opción son serias para un individuo particular pero dramáticas si quien la elige es un alcalde, máxime si quien lo aísla de sus vecinos es un equipo de Gobierno que prefiere convertirse en cortesano para convertirlo a él en caudillo.

Quien como Ángel Duque gestionó Camargo en su día, vaya por delante que consiguiendo múltiples logros para este pueblo, deja hoy que los suyos le cuelguen a la espalda un cartel que diga: Prohibido hablar con el conductor. Así están hoy las cosas. No es que quienes le hacemos oposición padezcamos el remediable defecto de ser demasiado jóvenes. Más parece por contra que es a él a quien los suyos han jubilado.

A nuestro alcalde, lo es también de quienes no le votamos y a todos representa, lo han metido bajo una urna. Desde que la situación contable y jurídica de Camargo se ha vuelto complicada, el equipo de ACAP y en concreto su concejal de Hacienda, nos ha prohibido hablar con el conductor electo de este municipio. Nos recrimina si le pedimos cuentas, nos reprocha si hacemos oposición. Nos considera "demasiado jóvenes" para tener derecho a ejercer como Concejales. Es posible que considere también demasiado jóvenes a todos los jóvenes de Camargo como para tener derecho a opinar sobre como desean que sea el pueblo, el mundo, en el que van, vamos, a vivir el resto de nuestras vidas.

Es paradójico pero al Sr. Alcalde, a quien respeto como a cualquiera que decide dedicar su vida al servicio de lo público, le pasa lo mismo que a los jóvenes de Camargo: a él y a nosotros, el equipo de Gobierno de ACAP nos quiere proteger de los desgastes que produce la política activa. A Duque para que no se les quede deslucido el candidato, a los jóvenes para que nos entretengamos en lo que consideran nuestras cosas, fiestas, deportes, conciertos y excursiones, y dejemos las cosas de los mayores en sus manos.

No imagino a Don Ángel Duque, capaz como es, valiente como ha demostrado, aceptando el recorte de libertad que le impone la admiración de su propio equipo, renunciando a empaparse de actualidad y de polémica, refugiado en las trincheras que le construyen los suyo

Cuidado con el fuego amigo, alcalde. Salga, de la cara. Explique a los camargueses lo que pasa. De las cuentas que legítimamente se le piden. No se asuste ahora, usted que no se asustó por nada.

Diga lo que tenga que decir Sr. Alcalde sobre por qué se gastaron dineros públicos de la forma en que no debieron gastarse, responda a los Tribunales, a los vecinos y a la oposición. A buen seguro que en estos años lejos de la política activa no se le han olvidado las reglas del juego y aún recuerda que los votantes en una elección reparten las cartas: a usted la que le convierte en alcalde, a nosotros la que nos encomienda supervisar y controlar su gestión.

Mientras tanto y a pesar de que el concejal de hacienda nos mire como si fuéramos extraterrestres a mi mismo y a los muchos jóvenes que nos interesamos por la política y nos comprometemos con lo público, no vamos a renunciar a pedir, a exigir, a reclamar y a proponer lo que a nuestro leal saber y entender es lo mejor para nuestro futuro y el de todos los ciudadanos. No les asusten señores de ACAP los pocos años. La juventud, si es un defecto, se corrige con el tiempo y los nuevos políticos de hoy tenemos sólidos compañeros de viaje, firmes modelos de madurez y experiencia en nuestros partidos de los que aprender. Este Portavoz del Grupo Popular en Camargo los tiene desde luego en el suyo y bien orgulloso se siente de contar con su consejo.

Sea señor Duque un ejemplo de valentía, de capacidad de reacción y de honradez a toda prueba. De ese, no del que se esconde y al que bañan los mediocres en soberbia, es del modelo de alcalde de quien todos los jóvenes, los nuevos políticos de todos los partidos, podríamos aprender.

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