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CARMEN POSTIGO
Lunes, 4 de mayo 2009, 12:28
El presidente del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi , se mostró ayer dolido por la noticia de que su segunda esposa, Veronica Lario, quiere divorciarse de él después de 17 años de matrimonio. El mandatario declaró que es «un asunto personal» del que no piensa hablar. «Esto entra en la dimensión privada, y me parece obligado no hablar», indicó el primer ministro italiano en un escueto comunicado. Por la mañana se había hecho pública la voluntad de Lario de separarse de él.
Berlusconi se desplazó después en helicóptero hasta la casa que el matrimonio tiene en Arcore, cerca de Milán, donde residen. Es un palacio del siglo XVII, edificado sobre un antiguo monasterio del siglo XII.
La ex actriz Veronica Lario confirmó ayer que va a pedir el divorcio tras la últimas actuaciones de su marido, como la inclusión de mujeres guapas en las listas de su partido para las elecciones europeas y la visita que hizo Berlusconi hace unos días en Nápoles a una joven de 18 años, que le llamaba «papi».
La posibilidad de una separación -según el diario La Repubblica- era vox populi desde finales del verano de 2008, cuando Lario confesó que llevaba diez años meditándola. Pero ahora ha dado un paso en firme, al elegir a una abogada, «una persona de la que finalmente me puedo fiar», señaló la mujer de Berlusconi .
Veronica Lario, que ahora tiene 53 años, quiere evitar las discusiones, separarse rápido y ganar tiempo a un hombre «capaz de convocar una rueda de prensa para decir que el que ha pedido el divorcio ha sido él».
«Quiero seguir adelante. Estoy convencida de que en este punto no es digno que yo me pare aquí».
También sabe que el camino que le espera «es duro», en referencia al reparto del bienes patrimoniales que se negociará durante el divorcio, que podría alcanzar los 5.000 millones de euros.
Los hijos, al margen
Sus hijos, Barbara de 24 años, Eleonora de 22, que estudia en los Estados Unidos, y Luigi, de 20, que sigue los pasos empresariales de Berlusconi, le han advertido de que «no moverán un dedo contra su padre», pero también le han recomendado que haga lo que más le convenga.
A finales de abril estalló la polémica sobre la inclusión en las listas para la elecciones europeas del Pueblo de la Libertad (PDL), de mujeres del mundo del espectáculo. Veronica Lario respondió que la candidatura de las jóvenes en la lista del partido era una «desvergüenza» para «diversión del emperador» y que ofendía «la credibilidad» de las mujeres.
Dos días después, Berlusconi, de 72 años, decidió retirar a la gran mayoría las «bailarinas» que pensaba incluir en esas listas. «La señora se ha dejado engañar por los periódicos de la izquierda. Lo siento», se disculpó.
Pero para Verónica Lario no hay argumentos que valgan y cree que en Italia «hay una extraña alquimia» por la que se «permite y justifica todo a su emperador».
Silvio Berlusconi había estado casado previamente, desde 1965, con Carla Elvira Dall'Oglio, con quien ya había tenido dos hijos que pasan de los 40 años.
Durante este matrimonio, el mandatario se enamoró perdidamente de Lario, quien interpretaba la comedia 'El Magnífico Cornudo' de Fernand Cromelynk, en el teatro Manzoni, de Milán.
El magnate y la bella actriz, de mirada felina y larga cabellera negra, mantuvieron una historia de amor apasionada de la que nació en 1984 su primera hija, Bárbara.
Una vez nacidos los otros dos hijos con Lario, la pareja decidió casarse en una ceremonia civil en el Palazzo Marino, que se convirtió en un gran acontecimiento social en Italia.
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