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A. SANTAMARÍA
Domingo, 14 de junio 2009, 11:45
La vista de esta Cantabria infinita desde la Fuente del Chivo es espectacular. Cielo despejado, 23 grados y algún nevero, testigo de la crudeza del invierno a casi dos mil metros de altura, aún presente. Más alto no se puede ir. No hay carretera. Se acaba allí. Y tampoco merece la pena subir más. El panorama ya es impresionante. Quizá, José Belda (Valencia) no pudo disfrutar ayer de esta maravilla de la naturaleza. Pero seguro que tampoco le importa. A sus 34 años, Belda (nada que ver con Vicente Belda) tocó ayer el cielo en la cima del Circuito para lograr la victoria más importante de su carrera. En la cota más alta. La que se levanta únicamente para los grandes, para los más fuertes.
Rostro cortado, mirada fija en el manillar y boca abierta en busca de un aire puro, cargado de energía, Belda fue el mejor en la dura ascensión de El Chivo. Kilómetro a kilómetro fue superando rivales, ayer compañeros de sufrimiento, mientras recibía el aliento de los aficionados, para escribir su nombre en la historia del Circuito.
Belda fue uno de los grandes triunfadores de la jornada. El otro, Rafael Valls, el hombre del Burgos Monumental que se vistió de amarillo, el ciclista que hizo bueno, extraordinario, el trabajo de su compañero Diego Gallego. Gallego, escapado durante todo la etapa, pasando en cabeza, junto a Carlos Torrent(Andorra) y Thomas Rabou (Rabobank) la Braguía, el Escudo y que fue tercero en la meta de El Chivo. Casi nada para uno de los hombres que mejor conoce el Circuito y que todos los años deja su nombre en las crónicas de las grandes etapas.
La jornada, como todas las de alta montaña, deja vencedores, vencidos, y combates nulos. Entre los últimos está Sergio Pardilla. El jefe de filas del Carmiooro italiano protagonizó una espectacular subida a El Chivo, pero su ataque, con fuerza, prolongado, a falta de siete kilómetros para la línea de meta, llegó algo tarde. Se quedó a sólo 35 segundos de la victoria y se tuvo que conformar con la segunda posición. Aún así, su nombre ya figura entre los primeros de la general, a 1.45 minutos de Valls, cuando aún resta la otra gran etapa, la de Santo Toribio. El gran derrotado de la jornada fue el hasta ayer líder, el francés del Besson Jean Marc Marinoque cedió en la línea de meta siete minutos.
Entre los equipos hay que citar al Froiz, al Petrochemical y al Rabobank. Los del supermercado, que trabajaron de lo lindo en la ascensión final, han situado a Rafael Rodríguez segundo en la general, a siete segundos del líder, y a Carlos Oyarzun, quinto, a 32. Los iranís (atención a ellos) a Ghader Mizbani, tercero, a 20 segundos, después de que su compañero de equipo, el veterano kazajo Adnrei Mizourov (cuarto en la etapa) se exhibiera en la subida a El Escudo y en la primera parte de Brañavieja. Y los holandeses, de los que se esperaba más (contaban con cuatro corredores en el pelotón principal antes de iniciar la subida final) colocan a su jefe de filas, Tejan Van Garderen (segundo el año pasado), cuarto a 24 segundos del líder de la general. Mínimas diferencias, para un Circuito que ha ganado en emoción.
La etapa
La etapa en sí respondió a lo esperado, con tres momentos claves: la subida al Escudo, el tramo del pantano del Ebro y la ascensión final a la Fuente del Chivo.
La jornada tuvo tres grandes protagonistas de inicio: Diego Gallego (Burgos), Carlos Torrent (Andorra) y Thomas Rabou (Rabobank). Se escaparon en los primeros kilómetros y llegaron en solitario hasta las rampas de Brañavieja. Allí, el único que resistió fue un grandísimo Gallego.
El primer momento importante lo marcó El Escudo. Sus duras rampas rompieron en mil pedazos el pelotón, retrasó al líder hasta los dos minutos respecto a los principales favoritos y dejó la impronta del kazajo del equipo iraní Andrei Mizourov, el hombre encargado de realizar en el grupo toda la ascensión. Una subida en la que también brilló el cántabro del Camargo David Gutiérrez.
El tramo del pantano del Ebro fue espectacular. Viento cambiante, muchas veces de costado, reagrupación general (con el líder incluido) y batalla a lo grande. Abanicos, cortes, nervios, ataques, más cortes, grupos, etc.
Toda la batalla inicial dejó en el inicio de Brañavieja a Diego Gallegocomo cabeza de carrera y por detrás al grupo de favoritos. De ahí saltó Belda. Primero para superar a otros ciclistas que habían atacado inicialmente y después para superar, a falta de dos kilómetros, a Gallego.
Mientras Belda pugnaba por ser primero, Sergio Pardilla decidía que era el momento de saltar. Lo hizo a falta de siete kilómetros, cuando su diferencia con la cabeza era de más de dos minutos. Pardilla, uno de los grandes favoritos antes de la carrera, fue superando rivales, pero no pudo con Belda. 35 segundos les separaron en la línea de meta. Quinto, a 2.06, entró Rafael Valls, el nuevo líder del Circuito.
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