Estudiantes sin fronteras

Los intercambios estudiantiles han dado un paso adelante en Los Corrales de Buelna, extendiendo esos encuentros hasta Canadá. Los departamentos de Inglés y Francés del Instituto de Enseñanza Secundaria 'Estelas de Cantabria' así lo han querido y su paso adelante ha cruzado el charco para recalar en otro continente, una cultura muy diferente, que en el fondo es lo que se busca. Cansados un poco de perfeccionar el francés en Francia, la apuesta de este curso ha sido viajar hasta la parte francófona de Canadá, en concreto a un centro de enseñanza de la ciudad de Québec.

Y dicho y hecho. Se presentó un proyecto pedagógico ante la Consejería de Educación que terminó financiando en parte el viaje de los alumnos españoles a Canadá. Pasaron tres días conociendo Montreal y luego se quedaron en casas de alumnos americanos. Tuvieron 17 días para conocer Québec, una ciudad de 600.000 habitantes, y necesitaron otros tantos para adentrarse en un centro de enseñanza general y profesional con más de 5.000 estudiantes, más parecido a una universidad, perfectamente dotada, que a un instituto.

El intercambio, a parte del objetivo lingüístico, mejorar el francés e inglés, también se centró en conocer y convivir con otra cultura bien distinta. Tras la buena experiencia de los alumnos españoles allí, ahora son los canadienses los que han llegado a Cantabria, tras tres días de visita turística por Barcelona, para todos una «ciudad magnífica».

Doce días intensos

Doce alumnos (11 chicas y un afortunado chico) y dos profesoras llegaron el miércoles a Los Corrales de Buelna. Y con tiempo justo para aclimatarse, han iniciado un calendario de actividades intenso. Compaginado con clases específicas, como las de Literatura o Historia, el viernes fueron recibidos en el Ayuntamiento; el martes visitan Altamira y Santillana; el miércoles Bilbao; el viernes tarde los Picos de Europa y San Vicente; el sábado Potes; y el domingo al Soplao, entre otras actividades.

El martes de madrugada volarán de Bilbao a París y Montreal.

Todos están un tanto sorprendidos con el tamaño del pueblo al que han venido y el del centro de estudios, también con el paisaje y no tanto con el clima. También la gente, las costumbres son muy diferentes. Y por supuesto, para su gusto, la gastronomía.