Un profesor de autoescuela choca un autobús, lo aparca en doble fila y se marcha

Un autobús de la autoescuela Villa circulaba ayer, a las 9.10 horas, por la calle Ramón y Cajal de Santander cuando, a la altura del cruce con Calatayud, colisionó lateralmente contra dos vehículos estacionados. Lejos de detenerse, y ante el estupor de los peatones, el autobús siguió su camino hasta que encontró un nuevo obstáculo: un árbol. Pero tampoco fue suficiente. Tras empotrarse contra él y arrancarlo de cuajo, el vehículo siguió su camino. En su interior un único pasajero: el conductor, profesor de la citada autoescuela e hijo de uno de sus propietarios.

Pocos minutos después, el autobús se detuvo en el número 24 de la Avenida de los Castros, frente a una de las oficinas de la autoescuela. Y lo hizo en doble fila, con cinco lunas de las ventanillas reventadas tras las dos colisiones, y cortando la circulación de uno de los carriles, según informaron a este periódico fuentes policiales.

El profesor entró en el edificio, recogió a sus alumnos y todos junto se subieron en otro vehículo para llegar al examen de conducir que tenía lugar en Herrera de Camargo.

No había bebido

La Policía Local, tras interrogar a varios testigos, se puso en contacto con la autoescuela, y fue el padre del conductor el que retiró el autobús que estaba provocando atascos en Los Castros. Al mismo tiempo, los agentes se pusieron en contacto con sus compañeros de Camargo, quienes se personaron en el lugar donde estaban teniendo lugar los exámenes de conducir.

Allí encontraron, a las 10.15 horas, al sospechoso, que no negó lo sucedido. La razón de que no avisara a la Policía tras los choques ni se detuviera es sencilla: «Tenía mucha prisa porque había que recoger a los alumnos para traérlos aquí», explicó a los agentes, según fuentes de la investigación. El profesor fue sometido entonces a la prueba de alcoholemia, que dio negativo.