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N. BOLADO
Domingo, 12 de julio 2009, 12:54
«Niña, estudia farmacia que es una carrera muy bonita para mujeres». La frase, que seguramente muchas de las 20 licenciadas en Farmacia, con botica, de Torrelavega, habrán escuchado en más de una ocasión, se ha debido acuñar en el último tercio del siglo XX, ya que hasta entonces, en Torrelavega, como seguramente en todas las localidades de España, las farmacias estaban regentadas, en un alto porcentaje, por hombres. Las mujeres, en gran medida, accedían a la profesión por heredar las boticas de sus padres.
En Torrelavega hay en la actualidad 24 oficinas de farmacia, de las cuales, 20 están regentadas por mujeres, solamente tres por hombres, y sólo una por una sociedad comanditaria, mixta. Esto significa que el 83% de los títulos de Farmacia que cuelgan en las paredes de las boticas locales, llevan nombre de mujer. Hay, en veteranía, una que destaca, quizás la más antigua regentada por una mujer, la de María Luz Obregón Sáenz, en el barrio La Inmobiliaria.
De las 24 farmacias de Torrelavega, y de los pueblos que forman el municipio, las que ya existían a mediados del siglo pasado, estaban regentadas por hombres pero han sido heredadas o compradas por mujeres. También hay sagas de farmacéuticas y algunos 'clanes' de la profesión. Entre los apellidos más repetidos debajo de la centelleante cruz verde, con nombre de mujer, compiten Cacho y Fernández-Abascal. Derivando del primitivo farmacéutico de Torrelavega, Juan José Cacho Regatillo, se han abierto cuatro oficinas de farmacia, de las cuales, sólo una, está regentada por un varón. De los boticarios Rufino y Antonio Fernández Abascal, provienen actualmente tres farmacias regentadas, todas, por sus hijas. Hay también algunas boticas que en origen fueron propiedad de varones y ahora son de mujeres, como la de Elena Bárcena (antes Luis Cacho), la de Mónica Calderón Ciriza (antes Zúñiga), la de María Luisa Guerrero (antes de Molleda) o la de Marián Solares, que sucedió en la farmacia a otro de los 'clásicos' de la profesión, Garzón.
La exigua relación de boticarios de la ciudad la integran Alfonso Ceballos, José Antonio Bote, Juan José Cacho Pita y Antonio Diego; de ellos solamente Ceballos y Cacho provienen de sagas locales.
De los pueblos que forman el municipio tienen farmacia Tanos, Barreda, Torres, Campuzano y Sierrapando, quedando 'huérfanos' de este servicio los pueblos de Ganzo y Dualez (con alta población y con un potencial de crecimiento de los más importantes del municipio), Viérnoles y la pequeña localidad de La Montaña.
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