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GUILLERMO BALBONA
Domingo, 19 de julio 2009, 14:16
Yolanda Soler Onís (Comillas,1964) escritora, poeta y periodista, regresa a sus raíces con un motivo especial cargado de implicación personal y responsabilidad, fruto de sus inquietudes y trabajo. Los Príncipes de Asturias presiden el próximo miércoles en la villa una sesión con los directivos del Instituto Cervantes, en el ámbito de las V Jornadas de Directores que se celebran, desde mañana en la localidad cántabra, encabezados por Carmen Caffarel. Soler Onís se inició hace ya más de catorce años en el mundo de la docencia del español como lengua extranjera en los cursos de la UIMP, universidad para la que organizó y dirigió los cursos de lengua y cultura española en Canarias entre 1999 y 2005. Desde ese año vive en Inglaterra donde dirige el Instituto Cervantes en Mánchester y Leeds. Posee los premios José Hierro de Poesía y Tristana de Novela.
-Comillas e Instituto Cervantes. Para usted, más que una reunión, un encuentro familiar y emocional... ¿Cómo afronta la cita'?
-Es hermoso ver cómo algunas ideas terminan por cumplirse. Recuerdo una conversación de hace dos años en la que Ignacio Rodríguez del Bosque me hablaba de los proyectos de difusión para la Fundación Comillas y le sugerí la posibilidad de esta reunión que ahora se celebra. Vengo con poco equipaje porque todo lo importante lo tengo aquí: Raíces, familia, amigos y, en esta ocasión también, el trabajo que me apasiona.
-Pese a la difusión y el tiempo transcurrido, ¿cree realmente que se conoce bien la labor del Instituto Cervantes y su significado?
-En líneas generales sí. Hace unos días se publicaba una encuesta del Real Instituto Elcano en la que el Instituto Cervantes figuraba como la institución más valorada por los españoles. No podemos olvidar que acabamos de cumplir la mayoría de edad. El trabajo diario de la red de centros y de la sede en Madrid es nuestra mejor vía de difusión.
-¿Qué supone para Comillas y para Cantabria acoger esta reunión?
-Para Comillas es recuperar el protagonismo cultural que tuvo en otros tiempos, un destino - interrumpido durante cuarenta años- que prometen cumplir proyectos como el de la Fundación Comillas y la sede de Colegios del Mundo. Un futuro por el que han trabajado en la sombra muchos comillanos anónimos, desde que en los 60 la sede de Universidad Pontificia se trasladara a Madrid. Cantabria fue con la UIMP la cuna de los primeros cursos de español para extranjeros. En 1918 Allison Peers y sus alumnos de Liverpool iniciaron un turismo cultural en el que nuestra comunidad tiene todavía mucho que ofrecer. Es además una manera de que Cantabria y los proyectos que de este encuentro lleguen a más de cuarenta países diferentes.
-De su experiencia en Mánchester, ¿qué subraya en lo personal y en lo profesional?
-En lo profesional la oportunidad de dirigir dos centros, Mánchester y Leeds - y durante algunos meses, tres, Dublín - en un entorno en el que el enorme interés por nuestra cultura y lo español no coincide con la necesidad, la costumbre o el placer de aprender una lengua extranjera. En lo personal he recuperado la lluvia que perdí a los seis años cuando - por motivo de trabajo de mi padre - nos trasladamos a Canarias; y, sin duda, otra visión de Inglaterra, más real y humana, que poco o nada tiene que ver con la que me había forjado a través de la literatura y el cine o en algún esporádico viaje a Londres.
-¿Ha certificado una particular evolución o una sensibilidad creciente por parte institucional en el apoyo y la proyección del Instituto Cervantes?
-Sin duda, la continua firma de convenios de colaboración y el apoyo de instituciones autonómicas, además de una mejor coordinación con las del exterior así lo demuestran.
-¿Cree que puede llegar a tener idéntico simbolismo, significado y peso que el British Council y otros organismos para el mundo anglosajón?
-Si tenemos en cuenta las edades del British Concil o el Goethe y sus presupuestos, por supuesto que sí. Es sólo cuestión de tiempo y de seguir trabajando con la ilusión y el empeño que hemos puesto hasta ahora.
-¿Aceptaría otra dirección en una sede de la entidad con diferetes retos y contextos?
-Claro. A la hora de plantear nuestros futuros destinos - cada cinco años- la Dirección del Instituto decide en qué lugar podemos ser más útiles; los retos son los mismos, las dificultades para alcanzarlos distintas, pero en esa diversidad y movilidad está también el enriquecimiento común.
-Especifique algunas de las actuaciones de las que se siente más orgullosa.
-Se trata de una labor de equipo; de esta etapa destacaría la ampliación y consolidación de las plantillas de Mánchester y Leeds. Al legado de mis antecesores, hemos sumado nuevas relaciones con universidades e instituciones del área de influencia y contactado con un público más joven. En lo académico, la puesta en marcha de un certificado de estudios hispánicos con la Universidad de Leeds, cuya primera promoción acaba de graduarse o la firma del convenio por el que la Universidad de Aston - Birmingham -pasa a ser Centro Asociado.
-¿No cree que dada su presencia allí el Gobierno cántabro debería haber canalizado intercambios culturales?
-En 2006 mantuve una entrevista con el presidente del Gobierno Miguel Ángel Revilla y conversaciones con el consejero de Cultura. Poco después recibimos una visita de empresarios de Cantabria organizada por el Gobierno, con motivo de la inauguración de la línea aérea Santander-Liverpool de Ryanair, que dejó de operar un año después, dificultando algunas de las gestiones que se habían realizado, como los acuerdos entre la Universidad de Liverpool y la UIMP. Hemos invitado a artistas cántabros en diversas ocasiones, pero aprovechando la pregunta, y proyectándola al futuro, creo que los meses de presidencia española de la UE pueden ser el marco adecuado para realizar una semana cultural de Cantabria.
-Supongo que su labor de gestora le ha restado tiempo para la creación. ¿Qué lugar ocupa la poesía y la narración en el presente?
-No sólo la labor gestora, a la que sumo un posgrado en dirección y gestión de PYMES, sino otro tipo de obligaciones y devociones familiares. La poesía y la narración ocupan cuatro horas de lectura los fines de semana, ratos sueltos en los autobuses y tranvías de Mánchester, y como escritura, el lugar de un sueño que se acaricia en la distancia. No obstante, quiero creer, que estoy viviendo experiencias y encuentros, aprendiendo cosas que me resultarán muy útiles cuando llegue el momento en el que pueda sentarme a escribir.
-¿Cuáles son, a su juicio, los retos principales a los que se enfrenta
el IC en el futuro inmediato?
-Sin duda, y como ha manifestado en numerosas ocasiones nuestra Directora, la consolidación de los centros; hemos crecido mucho en muy poco tiempo, gracias, sobre todo, a que funcionamos - somos- una red solidaria. Hay que seguir creciendo y llevando el español y la cultura que se hace en español a todos los rincones pero manteniendo y renovando los centros existentes, apostando por las nuevas tecnologías.
-Supongo que conoce la aspiración de Santander a la capitalidad cultural 2016. ¿Qué opinión le merece?
Sí, lo supe en su día a través de la Alcaldía, y de hecho realizamos algunos contactos para el Ayuntamiento con Liverpool. Sería estupendo, aunque la competencia será dura porque hay muchas ciudades españolas que llevan más tiempo en el empeño.
-¿Por qué no entrenamos y cuidamos el lenguaje tanto como el cuerpo?
-Quizá porque en el mundo de la imagen hemos olvidado el valor de la palabra, la capacidad de seducción que sigue teniendo el lenguaje.
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