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Juan Hidalgo, en la galería santanderina Nuble, donde muestra sus acciones recientes. / DANI PEDRIZA
«Los políticos y la falta de cultura son los enemigos del artista»
ARTE

«Los políticos y la falta de cultura son los enemigos del artista»

Juan Hidalgo, referente histórico del arte español, cofundador del grupo ZAJ, protagoniza en Nuble una de las muestras imprescindibles del verano

GUILLERMO BALBONA

Martes, 21 de julio 2009, 11:44

Su capacidad de riesgo, frescura, atrevimiento e inconformismo desmienten sus 82 años. Ya quisieran muchos artistas que han adoptado y se han apropiado de la etiqueta joven, para trepar por la enredadera del mercado, exudar tanta verdad creativa. Entre sus últimas acciones fotográficas, diálogos, coqueteos y juegos conceptuales con los objetos, el artista canario Juan Hidalgo muestra una bola del mundo enfundada en un condón.

Artista del concepto, «una de las voces nucleares de la historia del arte contemporáneo», como expresa la escritora de arte y crítica Marta Mantecón en un texto definitorio, certero y luminoso, Hidalgo (Las Palmas, 1927) expone este verano en la galería santanderina Nuble una de las citas de referencia entre la exhaustiva oferta plástica y visual.

El creador, cofundador del Grupo ZAJ, con el que desarrolló un arte de resistencia que se cuestionaba el conservadurismo y ejercía desde la libertad una continua crítica del poder, asegura que «es inevitable a veces provocar una herida en los demás cuando se abren nuevos caminos creativos».

Bajo el título inequívoco de 'obra reciente', el incesante creador, ajeno al circuito comercial, deja como un breve tratado su selectiva mirada de creaciones que vuelven a mostrar su humor profundo y corrosivo, «algo que se dice y algo que se calla, algo que inquieta la mirada», como expresa Mantecón.

Lo que se puede ver en Nuble, subraya el propio Hidalgo, «es obra tan reciente como, por ejemplo, las piezas 'Acaso, los dientes sobre el mantel' o 'El baño iluminado', que están recién acabadas». Algunas se pudieron contemplar en la exposición con la que se inauguró este mismo año el nuevo centro de Santa Cruz de Tenerife, «un espacio fantástico denominado TEA, Tenerife Espacio de las Artes. Allí tuve una gran exposición con más de cien obras».

Sin más disciplina que la búsqueda permanente, ácrata, abriendo cauces a las diversas realidades de lo cotidiano, Juan Hidalgo asegura que se siente muy bien y mientras el cuerpo le respete, mantiene una energía sin tregua. Hace cinco años, de la mano de Orlando Britto, el artista canario impartió un taller en el desaparecido Espacio C de Camargo. Sin perder de vista a John Cage y Duchamp, prosigue su travesía artística cruzando fronteras, disciplinas y lenguajes. «Yo sigo trabajando por los caminos de acciones fotográficas y objetuales. Trabajo en objetos, digamos, en serio».

Sobre su coherencia artística, Hidalgo impone una explicación con una lógica aplastante: «Hay gente que a lo mejor pierde creatividad por razones tan simples como el impedimento físico, una dificultad de circulación en el cerebro, por ejemplo. La edad conlleva esas cosas. Yo he tenido suerte porque todo me ha ido sin tropiezos, aunque es verdad que me he cuidado. Quizas todo se deba a que nunca pierdo el interés por mi trabajo..».

A finales de los noventa, el Museo Reina Sofía mostró un recorrido por el significado del Grupo Zaj. En su mirada retrospectiva no hay nostalgia. «Creo que son distintas etapas, no sólo creativas, sino en otros contextos. Se va evolucionando. El problema es que hay gente a la que la Naturaleza ya no le deja evolucionar o pensar, o bien pierden el entusiasmo porque ya son muchos años trabajando. Yo he mantenido la llama».

Y si, por ejemplo, ahora volviera a tener veintitantos años, ¿se plantearía la existencia de un colectivo o un movimiento nuevo?

«No lo sé. Creo que no, no me interesa volver atrás.Cada uno va presentando cosas que están de acuerdo con ese tiempo. Nunca los diez años próximos van a ser como hace cincuenta. El tiempo requiere que uno se amolde también a las circunstancias y después todo va evolucionando. La historia del arte y la creatividad está influida por la vida».

Sobre lo encorsetado del panorama artístico, Hidalgo sostiene que esa sensación «siempre se ha transmitido y producido, en España y fuera. En en el presente tenemos muchos artistas que están funcionando muy bien, pero luego puede ocurrir que el nivel descienda un poco para luego volver a subir. Es como las mareas».

Juan Hidalgo está convencido de que «el arte es eminentemente político aunque no se trata, como creen algunos, de partidos. Pero la acción artística sí es política, didáctica, y eso abre camino a otra gente porque todo el mundo no piensa de la misma manera. Hay gente más religiosa, otros más juerguistas y otros, digamos, más normalitos. Por eso digo que tanto la cultura, la medicina como la ciencia, va abriendo espacios y ello se refleja en el trabajo que uno hace. Yo no estoy aquí solo para pensar en imágenes bonitas. Vivo en este mundo, leo cada día las noticias, y todo eso tiene que reflejarse en la creación», precisa.

El artista de la performance está abierto a todo tipo de disciplinas. Sobre las nuevas tecnologías no tiene prejuicios. Y pone énfasis en su credo: «El lenguaje debe estar totalmente abierto a cualquier tipo de material. Lo que vale es el coco de cada artista, que tiene que ser riguroso dentro de un camino».

Militante de una poética austera, Hidalgo tiene muy claro ante qué ser vigilante. «Los enemigos del artista son los políticos. Qué le vamos a hacer. A los 82 años uno ya no tiene miedo a nada. Pero no sólo los políticos, sino también esa cosa tradicional permanente y la falta de cultura. Hay un tipo de manifestaciones artísticas y culturales más asequibles a personas que no tienen una formación académica e histórica, universitaria Digamos que los reaccionarios son los que cortan el rollo».

Hidalgo que mantiene su ligazón con los jóvenes y las posibilidades que propician los talleres asegura que «lo primero que les digo es que todos hemos nacido para morir y que el único fin de la vida es ese. Hay que tomarlo con humor, no pasa nada porque además es inevitable».

Y para crear, ¿qué es más importante, la libertad, la pasión, la independencia o todo a la vez?

«Creo que no hay que preocuparse por nada de esto, sino dejar que las cosas circulen de una forma libre. Lo que rige el mundo y sobre todo el arte, es siempre el azar».

Anarquista de base, Hidalgo apunta que «es mejor ser un poco ácrata, ser más esencial, no tener miedo y abrirse camino. Y a veces los caminos se abren haciendo una herida a los demás porque, obviamente, no todo es un camino de rosas».

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