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NIEVES FONTOVA
Lunes, 3 de agosto 2009, 11:16
Estrenar una ópera contemporánea es extraño en estos tiempos. Pero si es española es una rareza. El Festival Internacional de Santander, el próximo sábado día 8, y después Perelada podrán ver y oír a la terrible Bernarda en clave lírica. Las mujeres de la 'La casa de Bernarda Alba' cuentan con una nueva forma de expresar sus frustraciones en castellano. El compositor catalán Miguel Ortega se 'ha atrevido' con el texto lorquiano porque «vio» la música en cada uno de los personajes desde la primera lectura del libro en su juventud. El espectáculo cuenta con la dirección escénica del cántabro Román Calleja. Pero, ¿cómo es la música? ¿cómo será la Bernarda de Elena Casián y la Adela de Monserrat Martí? Lo cierto es que las ganas del compositor de que 'La casa de Bernarda Alba' subiera a un escenario hicieron que se representara en Rumanía «aunque mi intención siempre fue que el estreno mundial fuera en España», puntualiza Ortega.
-¿Cómo surgió la idea de hacer esta ópera?
-Lo mío con la ópera no es de ahora. Comencé a componer a los trece años, me encantaba. Esto me sirvió para hacer mano pero, lógicamente, han ido todas a la basura. En los años ochenta me planteé hacer una ópera sobre 'La casa de Bernarda Alba', una obra que desde que la leí de joven vi la música en ella; luego me he enterado que existen un montón de versiones operísticas pero ninguna en español. La fui escribiendo a lo largo de un montón de años, con calma, ya que mi trabajo como director me ocupaba cada vez más tiempo. La música tardé en componerla del 1991 a 1999. La orquestación no la terminé hasta 2006. Está pensada para una sinfónica mediana de 40 ó 50 músicos.
-¿Cómo se ha atrevido con Bernarda Alba, una historia muy conocida, que sigue en las carteleras teatrales? ¿Es consciente del peligro de las comparaciones?
-Sin ánimo de parecer pretencioso, es lo mismo que hizo Verdi con 'Otello': todo el mundo conocía la obra de Shakespeare. Pero la verdad es que no se me ocurrió, pensé que era una pieza muy operística y que Lorca, uno de los grandes genios de la Literatura, me ofrecía la posibilidad de contar con unas personajes muy definidos, perfectos para la lírica.
-¿Cómo son musicalmente estas mujeres: Bernarda, Poncia, Adela...?
-De todos los personajes, al que he tratado con mayor dureza musical es a Bernarda porque me parece que ella es así, una persona muy angustiada y que lo transmite a las hijas. Por contra, los personajes mejor tratados son Adela y Poncia, quizá porque son los que tienen los momentos más golosos. He intentado tratar a todos como lo hace Lorca en el texto. Es difícil pero creo muy importante que texto y música digan lo mismo. Esta ha sido mi lucha: intentar reflejar el texto de Lorca en la partitura. Recuerdo que cuando se hizo en Rumanía la chica que hacía de Bernarda me pedía hacer el papel de Poncia. Estos personajes son para voces de contralto a mezzo y Adela es soprano.
-¿Qué producción veremos en España?
-Convencional, con los tres actos aunque se hacen seguidos, sin interrupción como en la obra de teatro. Tanto Calixto Bieito como Lluis Pascual me comentaron que funciona mejor así. Al final ambas duran casi lo mismo, una hora y cuarenta minutos, como una película. La gente lo aguanta bien
-¿Qué siente ante el estreno inminente?
-Nervios. Espero que la gente vea que se puede hacer música hoy día más cercana al público. Dentro de que 'Bernarda' es una obra que exige mucha truculencia y momentos disonantes, nunca van más allá que otras composiciones líricas del siglo XX. He intentado no abandonar la melodía cuando me lo permitía el texto. Ha llegado a mis oídos que el Festival de Granada no ha querido programarla por considerar que era demasiado tonal. Si decimos que las composiciones actuales no llegan al público y luego te niegan una por ser más tonal, por el miedo a las críticas, estamos destruyendo el camino. Yo no puedo estar pendiente del crítico o del colega hipermoderno, que ya no lo son tanto ya que siguen escribiendo lo que se hacía en los setenta. Esto está más pasado de moda que lo que hacía Brahms. Respeto a los atonalistas cuando lo hacen bien como Luis de Pablo y Xavier Benguerel. He trabajado encantado con ellos. Es más, finalmente, voy a estrenar, creo que en 2011, su ópera 'Dalí' en el Liceo. También me merecen todo el respeto autores como Antón García Abril que han seguido con la melodía pese a las críticas.
-¿Qué sentido tiene, ya en general, hacer una ópera hoy?
-La ópera es un género tan completo que no puede morir nunca. Pero también creo que la gente tiene muchos prejuicios y por eso prefiero hablar de teatro musical porque considero que el musical americano, la ópera, la opereta, la zarzuela... son todas ramas de un mismo tronco y no me gusta hacer tanta distinción.
-Esto hace chirriar a los aficionados a la ópera y la clásica
-Ya, pero hay muchas manifestaciones que me dan la razón. El hecho de que 'West Side Story', de Leonard Bernstein, por poner un ejemplo, se esté representando en las temporadas normales de ópera y que la zarzuela se programe en teatros de ópera de todo el mundo lo corroboran. En España se ha politizado todo y se ha dicho que la zarzuela es casposa, y se han despreciado obras que son mucho mejores que algunas óperas. Por ejemplo 'Doña Francisquita', cuando la dirigí en el Teatro de la Ópera de Washington y en Toulouse, la gente de allí, que no tiene esos prejuicios, la valoraron como una ópera. Esto se lo he oído decir a Bernstein: la calidad no está en el género, sino en la música en sí.
-¿Por qué la ópera contemporánea cuesta tanto al público? No me puede negar que funciona mal.
-En esto tengo mi teoría y creo que coincide con la de muchos. En la música, por contemporánea que sea no se puede abandonar la melodía; si se deja de lado completamente creo que estamos perdidos. En una obra como 'Bernarda' o en 'Wozzeck' no se puede abandonar la melodía; evidentemente no será como la de Donizzetti pero es que el argumento no te lleva a ello. Por ejemplo, las bandas sonoras de las películas actuales en todos los momentos no tienen melodía porque reflejan lo que se ve en la pantalla, pero tampoco la abandonan. Por muy avanzado que seas como compositor no renuncias al ritmo y a la armonía; entonces, ¿por qué hay que hacerlo con la melodía? Si son los tres pilares de la música...
-En momentos de crisis como el actual, el coste de producción de una ópera es muy importante, incluso excesivo. ¿Cómo ve la ópera de los próximos tiempos?
-Todos debiéramos poner algo de nuestra parte para que las cosas no fueran tan caras. He visto presupuestos moderados con obras que han salido perfectamente. El problema está en querer utilizar en los decorados, por poner un ejemplo, unos materiales determinados en lugar de otros más económicos que pueden hacer la misma función o que los trajes del coro sean de diseño de una firma importante. Creo que ahí se puede abaratar el coste y luego que las grandes figuras -cantantes y directores, etc - recorten los cachés y las imposiciones. Oyes algunas cifras de escándalo, unos cachés que se cobran en España porque en muchos teatros por ahí fuera no lo admiten. Hay que cortar con eso y que los teatros se pongan de acuerdo y sean firmes. Hay gente que funciona muy bien y tiene unos honorarios muy normales. Si todos ponemos algo, claro que el espectáculo de la ópera seguirá siendo caro, porque lleva muchos elementos, pero no será prohibitivo.
-Los cantantes se quejan y los directores musicales ¿también protestan de la tiranía de la puesta en escena?
-La ópera es música y canto, y ciertas condiciones resultan extrañas. Cuando me encuentro con un director de escena que lo primero que hace es preguntarte ¿esto se podrá hacer así?, como Lluis Pascual con el que ha trabajado ahora en el Arriaga, respiro. Hay otros que no lo hacen porque nadie les dice nada. Trabajando con Calixto Bieito le he dicho: esto no se puede hacer y él muy amable lo ha cambiado. El problema es que a veces no hay diálogo. También hay colegas míos que no van a los ensayos de escena y se lo encuentran al final todo hecho.
-El éxito de la zarzuela en España ¿no ha frenado la composición de óperas en nuestro país?
-Esto es indiscutible. Además aquí lo mejor siempre viene de fuera, por tanto la ópera alemana o italiana era la preferida. Al final ha resultado verdad porque no han dejado desarrollarse a la ópera española. Los compositores se volcaron en la zarzuela, que no tenía competencia y triunfó. Hay algunas óperas muy buenas como 'Don Gil de Alcalá', 'Maruxa', 'Margarita la tornera', 'La Dolores', etc . También se ha producido el fenómeno contrario y cierta gente ha despreciado en exceso a la zarzuela.
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