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TEODORO SAN JOSÉ
Miércoles, 5 de agosto 2009, 14:27
Hoy ya es el primer día que empieza a contar para que las cuatro instituciones implicadas en la reordenación e integración ferroviaria del entorno de la bahía -Ministerio de Fomento, Gobierno de Cantabria y los ayuntamientos de Santander y Camargo- acaben el proyecto. Después de cinco años de negociaciones, ayer alcanzaron el acuerdo. Por delante queda un proceso «largo y complejo», como advirtió el secretario de Estado de Planificación e Infraestructuras, Víctor Morlán, unas obras con un coste estimado de 689 millones de euros que supondrán la liberalización en Santander de, al menos, 230.000 metros cuadrados para edificar.
Dicho proceso, al que nadie se atrevió a señalar fecha de caducidad, concluirá con la transformación de los actuales suelos ferroviarios de Santander y Camargo y sentará las bases para que la capital cántabra esté preparada para recibir a la alta velocidad.
Antes, habrán de darse varios pasos. El primero y principal es la formación «inmediata» de una corporación que gestione y desarrolle todos los aspecto urbanísticos y de carácter ferroviario de ese proyecto, una especie de Sociedad de Integración del Ferrocarril, al estilo de las que ya existen en ciudades como Valladolid, León o Valencia, en la que estarán representadas todas las partes implicadas.
El segundo, por cuenta de Fomento, la inmediata puesta en marcha de la maquinaria administrativa para que antes de fin de año salga a información pública esta integración ferroviaria, un estudio al que luego habrán de seguir los siguientes proyectos, empezando por el de impacto medioambiental.
De esa integración se desgaja una obra: la estación intermodal en sí, que no entra en la operación. Correrá a cuenta de Fomento. Su financiación la obtendrá por la vía de concesiones posteriores.
Cinco años de negociaciones, diferencias, atascos, propuestas y cesiones han sido necesarios para que las cinco partes implicadas en la reordenación ferroviaria del entorno de la bahía alcanzaran el acuerdo que hicieron público ayer en la Delegación del Gobierno. Un consenso que ha desmantelado «la flexibilidad y el interés de todos por sacar adelante este proyecto», señaló Morlán, y que supone el reparto de determinadas cargas, obligaciones y cantidades.
Reparto
Así, de los 689,1 millones de euros previstos como coste estimado de estas obras, 386 van a correr a cuenta de Fomento para las actuaciones ferroviarias; el Gobierno de Cantabria aportará 20 millones y los otros 283 hasta completar el presupuesto inicial saldrán de la gestión urbanística de los terrenos que Fomento pone a disposición del Ayuntamiento de Santander.
En este punto, De la Serna explicó que el espacio edificable será finalmente de de 230.000 metros cuadrados (algo más de lo que pretendía en un principio, pero mucho menos de lo que estimaba Fomento), si bien el techo podría alcanzar los 250.000 metros cuadrados. Se trata de una «cifra racional asumible», explicó el alcalde, para generar ingresos con los que contribuir al traslado de instalaciones y talleres al municipio de Camargo y, al tiempo, mantener criterios de «sostenibilidad para dotaciones y espacios públicos» en la zona.
Todas las instalaciones y talleres ferroviarios se trasladarán a terrenos municipales de Camargo, mientras que a cambio recibe «muchos beneficios», como indicó su regidor, Ángel Duque: «Recuperar, unir espacios urbanos ahora separados por la vías. Un sueño de los camargueses».
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